Vicente Aroca se vuelve a equivocar

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20 mayo 2007

El Partido Popular ha utilizado uno de los argumentos más pobres de la democracia para rechazar el debate que propone Antonio Delgado antes de las elecciones. «Y tú más», afirma el PP tratando de escudarse en que el candidato socialista no quiso debatir con Constantino Berruga sobre el tema de la supuesta deuda del Ayuntamiento. Sin duda, Delgado se equivocó y cometió un gran error denunciando ese caso y evitando debatirlo con el concejal de Economí­a. Pero eso no justifica que el PP prive a los ciudadanos de La Roda de que sepan cuál de los dos lí­deres está más capacitado para representarlos durante los próximos cuatro años.

El debate entre candidatos es el mejor formato para conocer los proyectos de los partidos y para discernir entre el humo y las propuestas reales. Es el examen que todos candidatos tendrí­an que superar para optar a una alcaldí­a o a la presidencia de una comunidad, una región o un paí­s. Por eso es también exigible que Barreda acepte el reto de Maria Dolores de Cospedal y mantenga un cara a cara con la ex consejera de la Comunidad de Madrid y candidata del PP a la presidencia de Castilla La Mancha. No valen excusas, no vale decir que no hay fechas disponibles. Porque, en el fondo, huir de un debate demuestra una inseguridad extraordinaria que debe ser denunciable.

Durante toda la campaña electoral, Vicente Aroca ha dado continuas muestras de esa inseguridad. El candidato del PP en La Roda ha esquivado cualquier situación que le pudiera resultar mí­nimamente incómoda. Aroca rechazó la entrevista con este periódico porque no acepta ninguna pregunta que no sea un halago y, porque en el fondo, quiere construir una imagen de sí­ mismo que no se corresponde con la realidad. Por eso tampoco quiere debatir con Antonio Delgado, porque sabe que, en un cara a cara, el lí­der socialista tendrí­a más poder de convicción y transmitirí­a muchí­sima más credibilidad.

Aunque algunos polí­ticos minusvaloren la capacidad de análisis de los ciudadanos, hay que volver a recordarles que la gente a la que representan no es tonta. Y que se da cuenta de que, por mucho que los polí­ticos se maquillen, cada uno es como es. Y Vicente Aroca está demostrando una preocupante ausencia de tablas para ser alcalde de La Roda.