CRÓNICA LA RODA / EFE.- Castilla La Mancha está de fiesta. Más de 40.000 personas se han reunido en Quintanar de la Orden (Toledo) para celebrar este 31 de mayo, Día de la Región. En él se conmemora el 25º aniversario de la declaración de autonomía de esta tierra, plasmada en el Estatuto aprobado en agosto de 1982. Un cuarto de siglo después, Castilla La Mancha va a reformar su texto fundacional, «para posibilitar más autonomía, más modernidad y más progreso», según el Gobierno manchego.
José María Barreda, presidente electo de Castilla La Mancha, ha asegurado en su discurso insitucional que «hemos pasado del siglo XIX al siglo XXI. De la España profunda a una tierra vanguardista y emergente. De tener unos padres analfabetos a tener hijos universitarios».
El calendario ha querido que esta efeméride se celebre cuatro días después de las elecciones autonómicas y municipales. Por ello, el presidente Barreda ha agradecido públicamente que el apoyo obtenido en las urnas «por la voluntad popular libremente emitida», le permita renovar otros cuatro años su mandato y esa es «la bondad de la democracia», ha asegurado.
«Muchas gracias a todos los ciudadanos que me han apoyado para que siga adelante con la tarea de construir con todos una sociedad mejor y lo han hecho con libertad, sosiego y seguridad como ciudadanos de una democracia moderna y no como súbditos de ningún régimen dictatorial», ha señalado Barreda.
Recuerdo a las víctimas de las inundaciones
Desde Quintanar de Orden, «el corazón de La Mancha», el presidente en funciones no pudo olvidar «los estragos» ocasionados en numerosos pueblos de esta gran comarca por las lluvias torrenciales de la semana pasada.
«El dios de la lluvia, que habitualmente no derrama ni una lágrima sobre esta tierra seca, lloró desconsolado durante cuatro días y cuatro noches dejando más lluvia y granizo durante unas horas que lo caído en varios años» dejando graves secuelas en casas, calles, pueblos y agricultora.
Pero, «esta tierra está hecha de un barro al que sus habitantes insuflan un espíritu luchador y combativo que la sacará adelante. No hay nada que acabe con un pueblo. Un pueblo se derrumba y se levanta, se inunda y se levanta. Un pueblo siempre se levanta y el nuestro también se levantará, naturalmente», ha concluido entre aplausos Barreda.