Sólo cinco meses después de ganar las elecciones, Vicente Aroca comienza a mostrar su peor cara. Y olvida que ocupa un puesto institucional desde el que tiene la obligación de trabajar para todos los ciudadanos, sean del color que sean. El alcalde de La Roda ha cometido un grave error al alinearse con las tesis más duras de su partido y buscar el enfrentamiento directo con el Gobierno regional que, no lo olvidemos, es el mayor inversor en infraestructuras en nuestra localidad. Por supuesto que el Partido Popular tiene todo el derecho (y el deber) del mundo de criticar aquellas acciones del ejecutivo de Barreda que no considere de recibo. Es democráticamente sano discrepar, siempre que se haga sin crispar, sin confundir y sin manipular, algo a lo que, por cierto, es muy dada la actual dirección del PP. Pero los populares están en su derecho de hacerlo. Como lo están los ciudadanos de juzgarlos en las urnas.
Por tanto, y sin entrar en valoraciones de fondo sobre la reforma electoral en sí, pueden tener sentido las críticas que tanto la secretaria general de los populares albaceteños (Cesárea Arnedo) como el presidente del partido en La Roda (Francisco Blasco) han realizado sobre la iniciativa del Gobierno regional de reformar la ley electoral. Pero la actitud del alcalde está absolutamente fuera de sitio. Los ciudadanos no han votado a Vicente Aroca para que busque la confrontación con la Junta de Comunidades, porque, entre otras cosas, hacerlo carece del sentido común más elemental.
Hasta ahora, el nuevo alcalde parecía haber aprendido de los numerosos errores que su antecesor había cometido en esta materia. Vicente Aroca ha cuidado extremadamente cada una de sus intervenciones, para favorecer un clima de concordia y entendimiento entre la Junta y el Ayuntamiento. En una ocasión, incluso, el alcalde telefoneó a este periódico para mostrar su desacuerdo con un titular que decía: «Vicente Aroca exigirá a la Junta que ponga una solución a la paralización de las obras de la piscina cubierta». «Yo no exijo. Yo sólo solicito cosas a nuestro Gobierno regional, que es el de todos, elegido democráticamente por los castellanomanchegos. Yo sólo busco la cooperación con la Junta por el bien de los ciudadanos», decía Aroca.
Ahora, él mismo ha patrocinado un acto del PP en el que sí se ha arremetido duramente contra el presidente Barreda, llegándolo a llamar «mentiroso». Y esta actitud del alcalde, sólo puede perjudicar el interés general de La Roda. Es necesario que Vicente Aroca sepa mantener la correcta postura institucional que había adoptado hasta ahora. De lo contrario, los ciudadanos sufriremos las consecuencias de una política radical que sólo contenta a unos pocos ideólogos, de los que el PP de La Roda debería desprenderse definitivamente.