Tras casi dos semanas de silencio sepulcral, el alcalde de La Roda por fin se ha referido a la instalación de cámaras de videovigilancia en nuestra localidad. Vicente Aroca ha admitido que el dispositivo de la Miliaria se instaló «sin los permisos legales pertinentes». Pero lo dice con la boca pequeña, añadiendo que por eso no hay que pedir perdón a nadie y acusando a todo aquel que no piensa como él de querer buscar polémicas «donde no las hay».
Dice también el alcalde que bueno, que tampoco es tan grave el asunto, porque «la cámara sólo estuvo activada durante la Navidad». Al margen de que esa afirmación contradiga su versión inicial (y admitiendo, por tanto, que en algún momento Aroca no dijo la verdad, nada nuevo bajo el sol), al margen de eso, Vicente Aroca debe saber que ese no es el debate. Tampoco lo es que las cámaras sean convenientes para mantener la seguridad ciudadana. Puede ser, pero eso no es de lo que se está hablando. La cuestión es que el Ayuntamiento es el primero que debe cumplir la Ley y parece que en este caso no lo ha hecho. Y eso es muy grave.
Quizá es que a Vicente Aroca haya que explicárselo todo. A ver si el alcalde lo entiende con un ejemplo sencillo, fácil… al menos para los ciudadanos que tienen el coeficiente intelectual mínimo. Imaginemos que la Policía {pilla} a un tipo con una pistola. Y esa persona no tiene la licencia legal para poder llevar un arma de fuego encima. ¿Valdría de algo decir que no iba a usar la pistola, que está nueva y que nunca ha llegado a disparar con ella? Si el alcalde ha sido capaz de seguir este ejemplo sin perderse, se dará cuenta por sí mismo que la justificación que ha dado es ridícula.
Con su estrategia, Vicente Aroca, junto a sus múltiples terminales mediáticas, cronistas a sueldo y voceros ultras, no busca aclarar a los ciudadanos qué es lo que realmente ha pasado. Más bien, da la impresión de que quiere todo lo contrario: hacer ruido y confundir a la opinión pública. En el fondo, es normal. A los distintos Gobiernos municipales del Partido Popular, esa confusión, ese ruido y el despeje a córner es algo que siempre les ha funcionado de maravilla.