Los ciudadanos no nos merecemos esto

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28 abril 2009

Editorial de CRÓNICA DE LA RODA ante la polémica de las adjudicaciones del Fondo Estatal de Inversión Local

La polémica surgida en torno a las adjudicaciones que el Ayuntamiento de La Roda ha hecho a una empresa vinculada con la concejala de Urbanismo no deja de crecer. Desde un punto de vista ético es absolutamente reprobable que esta constructora, en la que Francisca Atencia fue alto cargo hasta las pasadas elecciones municipales, vaya a acometer la inmensa mayorí­a de las obras con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local, recibiendo por ello un millón y medio de euros. La estrategia del equipo de Gobierno de retar al PSOE a ir a los Tribunales si considera que algo se ha hecho al margen de la Ley supone, sin ninguna duda, una trampa en la que los rodenses no deben caer. La Ley da la posibilidad de que sea el alcalde quien elabore pliegos de condiciones sin contar con la oposición y la Ley da la posibilidad de que una empresa con ví­nculos directos con la edil de Urbanismo se presente a los concursos y, por supuesto, los gane. Mientras no haya pruebas de prevaricación, cohecho o tráfico de influencias, que son las más difí­ciles de encontrar, no hay nada penalmente imputable. Sin embargo, a ojos de los ciudadanos, esta forma de proceder ensombrece muchí­simo la manera de actuar de nuestros polí­ticos y deja varias cuestiones en el aire: ¿por qué Vicente Aroca aprobó esos pliegos mediante decreto sin contar con la oposición?, ¿por qué la obra que podí­a ser adjudicada a dedo también ha ido a parar a esa misma empresa?, ¿por qué no se le ha dado más publicidad de la estrictamente obligatoria a esos concursos para fomentar que se presentasen empresas de La Roda?, ¿por qué se sigue confiando a ciegas en SAICO tras la reforma de Ramón y Cajal? Como bien dice el refranero, a la mujer del César no le basta con ser honrada sino que, además, debe parecerlo.

Parece lamentable que en pleno siglo XXI, en una época en la que alardeamos de democracia avanzada, todaví­a existan polí­ticos a los que haya que recordarles que en su trabajo son tan importantes las formas como el fondo. Y la forma de proceder del equipo de Gobierno con estas adjudicaciones deja mucho, muchí­simo que desear. Es una forma de actuar que siembra dudas, levanta sospechas y merma, de una manera letal, la confianza de los ciudadanos en la polí­tica. Hace bien la oposición en poner estos temas sobre la mesa sin miedo y en criticar abiertamente la polí­tica oscura que, desde hace años, practica el Partido Popular en La Roda. Pero cuando parecí­a que el partido de Antonio Delgado habí­a reaccionado de su letargo y habí­a cogido el toro por los cuernos, nos enteramos de un error, otro más, difí­cil de perdonar. El PSOE nunca debió dar el visto bueno a esas adjudicaciones, pese a que la mesa de contratación, en la que participaron dos concejales socialistas, sólo constataba que los técnicos habí­an aplicado correctamente los criterios de los pliegos. Los socialistas deberí­an haber emitido un voto particular o haberse ausentado en el momento de la firma como forma de protesta. Cualquier cosa excepto hacer lo que hicieron, que es dar alas a un Partido Popular acorralado por la sospecha. No es la primera vez que la formación que lidera Antonio Delgado deja pasar una oportunidad clamorosa para dejar al descubierto la verdadera polí­tica del PP rodense, que queda muy lejana de aquel lema «Por ti, por La Roda». Comprobar cómo la única alternativa de Gobierno en La Roda vuelve a cometer errores en la gestión de un asunto turbio o poco ético en el Ayuntamiento es desesperante para un gran número de ciudadanos. No sólo para los votantes socialistas, casi la mitad del censo, sino para muchas personas de derechas desencantadas ya con Vicente Aroca y su equipo.

El PSOE no sólo ha vuelto a tirar fuera un balón que botaba en el punto de penalti, sino que ha posibilitado que tengamos que escuchar a los reyes de la manipulación y la tergiversación acusar a todo el que no piensa como él precisamente de eso. Ya está bien de esa doble cara del PP y sus portavoces, que controlan directamente la inmensa mayorí­a de medios de comunicación locales y confunden dí­a sí­ y dí­a también a la opinión pública con toneladas de propaganda indigesta, que sólo sienta bien a los estómagos agradecidos. Los ciudadanos no nos merecemos estos dirigentes del PP en el Ayuntamiento que, a la mí­nima y apoyados en sus altavoces y voceros, tratan de dar la vuelta a cualquier asunto más o menos turbio que les afecta. Pero tampoco merecemos a una oposición tan torpe, que facilita que esto pueda ser así­.