El equipo de Gobierno trata de ganar tiempo con la excusa de que «no se ha aprobado un Real Decreto para cambiar el nombre de las calles». Según el Ejecutivo central ese supuesto Real Decreto no es necesario ya que la Ley establece claramente la obligación de eliminar símbolos de la dictadura. Las asociaciones de víctimas del franquismo acusan a Aroca de rechazo a los valores de concordia por mantener simbología fascista en las calles de La Roda
CRÓNICA LA RODA.- El Ayuntamiento de La Roda, gobernado por el Partido Popular, sigue incumpliendo impunemente la Ley 52/007, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron la persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura ultraderechista de Franco. Vicente Aroca continúa manteniendo en las calles de La Roda numerosas exaltaciones del franquismo, como la piedra en la que se recuerda el paso del cadáver de José Antonio Primo de Rivera en su fantasmagórico viaje desde Alicante al Valle de los Caídos. Además, no ha cambiado el nombre de ninguna de las calles que homenajean a los militares golpistas o a los ideólogos del régimen dictatorial: el general Mola tiene una calle y José Antonio da nombre al Parque Central y a uno de los colegios públicos. Además sigue presente un escudo anticonstitucional en la fachada de la Iglesia y otras calles recuerdan batallas «épicas» del Ejército nacionalista.
El pasado mes de octubre, el Pleno del Ayuntamiento aprobó una moción del PSOE para el cumplimiento de esa Ley. El equipo de Gobierno, sin embargo, apoyó la propuesta a cambio de «esperar a que el Ejecutivo central desarrolle el Real Decreto correspondiente» antes de comenzar a retirar la simbología franquista. Lo cierto es que el Gobierno de España ya ha elaborado dos Real Decretos que desarrollan la norma: el de la concesión de la nacionalidad española a los integrantes de las Brigadas Internacionales y el de Reparación y Reconocimiento personal a quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra y el franquismo. El Gobierno aún podría elaborar dos más: uno para regular la emisión de reparación a las víctimas de la dictadura y otro para reorganizar el Archivo General de la Guerra Civil.
«Para aplicar el artículo 15 de la Ley, (Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura) no es necesaria la elaboración de Real Decreto alguno», alertan desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Este extremo también lo confirma el Gobierno central por lo que «Vicente Aroca y su Gobierno están confundiendo a los ciudadanos, están intentando ganar tiempo para no cumplir la Ley porque realmente no les gusta», afirma un portavoz de la Asociación. Es cierto, sin embargo, que el Ayuntamiento para ganar ese tiempo que intenta arañar de esta forma «tan burda», sí podría solicitar al Gobierno que averigüe si los nombres de algunas calles tienen que ver con el franquismo (Belchite, Brunete, Alcázar de Toledo, Mártires…), pero no esperar a la elaboración de un Real Decreto que no es necesario.
En el pleno de octubre, se acordó crear un grupo de trabajo formado por expertos y miembros de los dos partidos con representación en el Ayuntamiento con el objetivo de elaborar una propuesta para la denominación de las nuevas calles con el máximo consenso posible. Seis meses después nada se sabe de esa comisión, que no ha sido creada y que el PSOE no ha vuelto a reclamar.
«Lo que ocurre en La Roda es un claro ejemplo de dejadez por parte del PP, al que no le incomoda la presencia en lugares públicos de simbología que recuerda a un pasado oscuro, violento y de represión», afirman desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria.
La Ley de la Memoria Histórica pretende reconocer a las víctimas del totalitarismo fascista en España. Como recuerda Julián Casanova en el libro «El Valle de los Caídos», de José María Calleja, «en la paz incivil de Franco, los vencedores ajustaron cuentas con los vencidos, recordándoles durante décadas quiénes eran los patriotas y dónde estaban los traidores. Calles, plazas, colegios y hospitales de cientos de pueblos y ciudades llevaron desde entonces, y en bastantes casos están presentes todavía hoy, los nombres de militares golpistas y dirigentes fascistas de primera o segunda fila» que impusieron sus homenajes con las armas en una España oscura, hambrienta y reprimida. También en La Roda. Vicente Aroca y su Gobierno, de momento, mantienen esas exaltaciones del franquismo.



