La opinión del diputado Manuel Pérez Castell en CRÓNICA DE LA RODA
Ha comenzado el período de sesiones de otoño en el Congreso de los Diputados. Las presidencias de Comisiones parlamentarias reajustan con sus respectivos ministerios la agenda próxima. La Comisión Constitucional, la Mesa de la Comisión y las portavocías de los grupos parlamentarios, se ha reunido con la Vicepresidencia del Gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega. Cada Ministro responde a una Comisión. Nuevas leyes serán examinadas antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2011. La Comisión Constitucional examinará la ley que afecta a la regulación del sector de la comunicación, el acceso libre a ella, que ha de ser veraz, y la defensa de la intimidad personal y el respeto a la conciencia y profesión religiosa, si la hubiera. Fernández de la Vega, con la austeridad que le caracteriza también en palabras, definía las funciones de la Comisión: – tratad de ahondar en los derechos personales, nos decía. El Presidente Alfonso Guerra relató sucintamente cómo en la Comisión se estaba examinando la reforma de la ley electoral. El desinterés electoral de cada partido ha de primar, a este respecto, puesto que con la ley se trata de avalar, no el interés partidario, sino el derecho de la ciudadanía a elegir sus representaciones con conocimiento y libertad. Señaló también la Presidencia que está constituida la ponencia, que ha de informar el Estatuto de Castilla-La Mancha. Ha de sustanciarse un dictamen , porque pronto llegará a la Cámara el Estatuto de Extremadura, no debiendo bloquearlo. Fue en ese momento cuando pedí a la Vicepresidencia una palabra sobre Castilla-La Mancha: – Diligencia es la virtud que a los negociadores se les pide, frente a negligencia y, por lo que se refiere a la representación popular en Castilla-La Mancha diligencia y autonomía. Que las presidencias levantina y murciana le otorguen la manumisión a Cospedal. Libertad para hablar, dialogar, negociar en su caso. Es fácil vaticinar que Cospedal ha de admitir que el Estatuto de Castilla-La Mancha se salva con agua. Sólo se trata de escenificar el acuerdo, que ya lo hubo en las Cortes de Castilla-La Mancha. Ciertamente la escenificación no es ajena a la política, si bien no debe ser sustancial. Habríamos de convenir que la única teatralidad admisible habrá de ser de la verdad y del respeto a los derechos regionales. Estatuto ya, pues. El estatuto se salva con agua.
Manuel Pérez Castell
Diputado de España por Albacete