Responsabilidad y demagogia

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25 noviembre 2009

Editorial sobre la reunión de Vicente Aroca con representantes de SEPES y su participación en la manifestación de los agricultores en Madrid

Dí­as después de que este periódico desvelase los problemas en la última fase de las obras de ampliación del Polí­gono El Salvador, una delegación del Ayuntamiento, encabezada por el alcalde, viajaba a Madrid para reunirse con representantes de SEPES e interesarse por la situación de los trabajos. Se trata, sin duda, de una actitud responsable de Vicente Aroca y su gobierno, que se han puesto las pilas para que no pase con el nuevo polí­gono como con la dichosa piscina, ante una eventual suspensión de pagos de la empresa adjudicataria. Defender los intereses generales de La Roda, anticiparse a cualquier contratiempo y pedir explicaciones a quien corresponda es lo mí­nimo que los ciudadanos debemos exigir a nuestros representantes municipales. Y en este caso concreto, han sido ellos -especialmente el alcalde- los que han dado un paso adelante tras la publicación de la noticia, han viajado a Madrid, han adquirido un compromiso de la Entidad responsable y les han transmitido personalmente los problemas que se están produciendo con algunos impagos. Chapeau.

No merece tantos elogios -en realidad, no merece ninguno- la manipulación posterior que el Gabinete de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento ha hecho de esa reunión. Lo que esa oficina de propaganda interpreta como un compromiso firme que el alcalde arrancó a SEPES para que los precios del suelo industrial rodense sean más baratos que los de otros polí­gonos de la zona es, en realidad, una polí­tica general del Gobierno de España con todas las zonas industriales nuevas, para reactivar la Economí­a. Y lo realmente preocupante no es que ese gabinete -que pagamos todos- haga una interpretación errónea e interesada de los hechos, porque, tristemente, esa es la tónica general de las mal llamadas oficinas de prensa: una constante manipulación interesada de los hechos contra la que, todos los dí­as, tenemos que luchar los periodistas. Lo realmente triste es que esa nota se repita en la inmensa mayorí­a de medios locales, como si fuera la verdad absoluta, sin que nadie se moleste en contrastarla.

Vicente Aroca deberí­a cuidar más estos detalles, para que una reunión meritoria no quede emborronada por una cuestión perfectamente evitable. Como deberí­a cuidar su vena más demagoga que le sale demasiado a menudo. Un alcalde que no ha hecho nada para ayudar a los agricultores rodenses en esta crisis económica, no debe encabezar una manifestación de los trabajadores del campo que, con todo el derecho, salen a la calle para protestar por sus precarias condiciones. Si Vicente Aroca se excusa diciendo que él está al lado de cualquier sector rodense que tenga una reivindicación (también acudió hace un par de años junto a un grupo de rodenses a una de las manifestaciones contra el Gobierno por el proceso de paz), habrí­a que recordarle que se le echó de menos cuando millones de personas salieron a la calle en toda España para protestar por la Guerra de Irak o cuando cientos de miles de trabajadores clamaron contra el decretazo del Gobierno de Aznar y fueron a la Huelga General del 20 de junio. Entonces, Vicente Aroca, mano derecha del alcalde Sixto González, ni estaba ni se le esperaba. Y también habí­a ciudadanos de La Roda en las calles reivindicando cuestiones tan legí­timas como las que piden ahora los agricultores.

Pero, sin duda, la mayor desfachatez vuelve a recaer de nuevo en quien controla la información oficial que el Ayuntamiento transmite a los medios de comunicación. Es inadmisible que se haga creer a los ciudadanos que la imagen más representativa de la manifestación de agricultores sea la de estos posando junto al alcalde de La Roda y a la secretaria general del Partido Popular, Dolores Cospedal. Primero porque dos de las tres organizaciones convocantes exigieron que la marcha no se politizara; segundo, porque allí­ habí­a polí­ticos de otras formaciones, como el lí­der de Izquierda Unida, Cayo Lara; y, tercero, porque los agricultores (de todos los colores) no merecen ser utilizados por su alcalde y su Ayuntamiento, que, más que estar a su lado, parecen buscar un puñado de votos.