Es momento de que despierte nuestra conciencia crítica y no permitamos más atropellos de quienes nos gobiernan desde hace casi 24 años
El curso político que ahora arranca estará marcado, inevitablemente, por la cita electoral del próximo mes de mayo. En las próximas semanas, comenzará hablarse de candidatos -casi con toda seguridad repetirán Vicente Aroca y Antonio Delgado- y muy pronto, de propuestas, programas y promesas para mejorar La Roda. De proyectos interesantes y atractivos con los que los políticos quieren ganarse nuestro voto y que nunca -o casi nunca- se hacen realidad. CRÓNICA DE LA RODA publica hoy una exhaustiva información en la que se demuestra que la inmensa mayoría de lo que recogía el programa electoral del Partido Popular ha quedado en nada tres años después de ganar las elecciones. Sin duda, es reprochable que nuestros representantes públicos traten de engañarnos con promesas falsas -¿quién se acuerda del macroproyecto de aeropuerto o del parking subterráneo en Ramón y Cajal?-, pero debería darnos mucho más que pensar nuestra actitud ante estas promesas, que de antemano sabemos que no se cumplirán y, sin embargo, reclamamos antes de ir a votar. ¿O quién depositaría la papeleta de un candidato que nos dijera, a las claras, que en la próxima legislatura apenas se iba a poder hacer nada relevante?
Los políticos, del signo que sea, en cualquier lugar, se aprovechan de eso a la hora de pedirnos el voto. Y nos mienten a sabiendas de que sus promesas no se irán a cumplir. En La Roda, además, el PP -que es quien lleva gobernando desde hace casi 24 años- juega con la baza de una apatía generalizada y preocupante de aquellos ciudadanos que no critican por el qué dirán y que aplauden y se quitan la boina aunque les machaquen desde el Ayuntamiento. Sixto González, Vicente Aroca y compañía han sabido abonar -a base de favores personales y una red de medios afines- un terreno para poder gobernar sin límites. No hay impedimentos éticos en sus acciones (véanse, por ejemplo, las adjudicaciones de las obras del Plan E) ni tampoco legales (se instalan cámaras de vigilancia al margen de la ley y no pasa nada). Estamos tan acostumbrados a la confusión («El Ayuntamiento de La Roda es uno de los más saneados de la provincia», nos decía el concejal Constantino Berruga) que cuando llegan los datos (el consistorio es el cuarto más endeudado) no sabemos a qué atenernos.
Independientemente de nuestra ideología, los ciudadanos tenemos un objetivo irrenunciable durante los próximos meses: despertar nuestra conciencia crítica con quienes nos gobiernan, con aquellos que llevan jugando con el futuro de La Roda desde hace seis legislaturas y, si nada lo impide, volverán a hacerlo durante otros cuatro años más. Ejercer la crítica y vigilar al poder es nuestro derecho y también nuestra obligación como ciudadanos, pese a los intentos por adormilar nuestras conciencias que, en las próximas semanas, intensificará algún vocero. Ha llegado la hora de despertar.