EDITORIAL: Responsabilidad ciudadana

14 septiembre 2010

Es momento de que despierte nuestra conciencia crí­tica y no permitamos más atropellos de quienes nos gobiernan desde hace casi 24 años

El curso polí­tico que ahora arranca estará marcado, inevitablemente, por la cita electoral del próximo mes de mayo. En las próximas semanas, comenzará hablarse de candidatos -casi con toda seguridad repetirán Vicente Aroca y Antonio Delgado- y muy pronto, de propuestas, programas y promesas para mejorar La Roda. De proyectos interesantes y atractivos con los que los polí­ticos quieren ganarse nuestro voto y que nunca -o casi nunca- se hacen realidad. CRÓNICA DE LA RODA publica hoy una exhaustiva información en la que se demuestra que la inmensa mayorí­a de lo que recogí­a el programa electoral del Partido Popular ha quedado en nada tres años después de ganar las elecciones. Sin duda, es reprochable que nuestros representantes públicos traten de engañarnos con promesas falsas -¿quién se acuerda del macroproyecto de aeropuerto o del parking subterráneo en Ramón y Cajal?-, pero deberí­a darnos mucho más que pensar nuestra actitud ante estas promesas, que de antemano sabemos que no se cumplirán y, sin embargo, reclamamos antes de ir a votar. ¿O quién depositarí­a la papeleta de un candidato que nos dijera, a las claras, que en la próxima legislatura apenas se iba a poder hacer nada relevante?

Los polí­ticos, del signo que sea, en cualquier lugar, se aprovechan de eso a la hora de pedirnos el voto. Y nos mienten a sabiendas de que sus promesas no se irán a cumplir. En La Roda, además, el PP -que es quien lleva gobernando desde hace casi 24 años- juega con la baza de una apatí­a generalizada y preocupante de aquellos ciudadanos que no critican por el qué dirán y que aplauden y se quitan la boina aunque les machaquen desde el Ayuntamiento. Sixto González, Vicente Aroca y compañí­a han sabido abonar -a base de favores personales y una red de medios afines- un terreno para poder gobernar sin lí­mites. No hay impedimentos éticos en sus acciones (véanse, por ejemplo, las adjudicaciones de las obras del Plan E) ni tampoco legales (se instalan cámaras de vigilancia al margen de la ley y no pasa nada). Estamos tan acostumbrados a la confusión («El Ayuntamiento de La Roda es uno de los más saneados de la provincia», nos decí­a el concejal Constantino Berruga) que cuando llegan los datos (el consistorio es el cuarto más endeudado) no sabemos a qué atenernos.

Independientemente de nuestra ideologí­a, los ciudadanos tenemos un objetivo irrenunciable durante los próximos meses: despertar nuestra conciencia crí­tica con quienes nos gobiernan, con aquellos que llevan jugando con el futuro de La Roda desde hace seis legislaturas y, si nada lo impide, volverán a hacerlo durante otros cuatro años más. Ejercer la crí­tica y vigilar al poder es nuestro derecho y también nuestra obligación como ciudadanos, pese a los intentos por adormilar nuestras conciencias que, en las próximas semanas, intensificará algún vocero. Ha llegado la hora de despertar.