EDITORIAL: La Izquierda Unida necesaria

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29 marzo 2011

Desde que hace un año surgió la posibilidad de que IU regresase a la vida pública rodense tras su desaparición a nivel local en 1995, este periódico ha defendido la necesidad de incrementar el pluralismo político en nuestra localidad. Que Izquierda Unida, finalmente, haya recompuesto su asamblea local y, más importante aún, haya logrado presentar una lista a los comicios del próximo 22 de mayo es una grandísima noticia para la democracia. Ayudará, sin duda, a revitalizar a una sociedad adormecida, que está perdiendo el espíritu crítico a base de altísimas dosis de demagogia, confusión y miedo.

El candidato a la alcaldía que presenta la coalición, Ricardo Belmonte, es una persona preparada e inteligente, que ha pilotado con éxito el proceso de refundación de IU en La Roda, conjugando a la perfección las inquietudes de los nuevos jóvenes que se han atrevido a plantar cara al PP rodense e ir en esa candidatura con las de históricos miembros del PCE que también han sido fundamentales para esta nueva aventura. Además, de sobra es sabido en la calle, que Richi es un tipo comprometido con su pueblo y, sobre todo, es una buena persona, honrada y trabajadora, de las que escasean últimamente.

Sin embargo, los próximos días van a ser cruciales para que IU se confirme como una verdadera alternativa que ayude a conseguir el cambio o, al contrario, se retrate como una formación en claro fuera de juego. Si los miembros de la candidatura de Izquierda Unida comienzan a hablar de reyes, iglesia, antimilitarismo, colectividad… y otros conceptos teóricos que no tienen cabida en unas elecciones municipales estarían cometiendo un grave error. Ahora toca hablar, sin miedo, de La Roda. Y en estos momentos, damos por supuesto, que su objetivo debe ser desalojar de su poltrona a Vicente Aroca y Constantino Berruga, no a Don Juan Carlos y Doña Sofía.

Ha llegado la hora de que IU hable sin pelos en la lengua de las tropelías cometidas por el Ayuntamiento, que el PP lleva gobernando desde 1987. Que sea capaz de ir donde el PSOE no se atreve. Y que el debate entre monarquía y república lo deje para cuando toque. No se trata de renunciar a ningún principio, sino de saber qué está en juego en cada momento. Y ahora toca ser valiente y señalar –con nombres y apellidos- a aquellos cargos públicos del PP que han impuesto un régimen de miedo y ha tejido una tela de araña a base de favores personales en La Roda. ¿Se atreverán?