Ay, Lunes vestido de vísperas… Menos mal. Que parece regresar el invierno y con él la incertidumbre, cuando tenían que estar todos los deberes hechos. Pues claro, me estoy refiriendo al fútbol y al Albacete Balompié que sigue en su montaña rusa, ahora arriba, ahora abajo. Ayer fue incapaz de conquistar los tres puntos frente a un rival al que, ocho días antes, consiguió derrotar La Roda C.F. y estuvo a punto de golear. Los deméritos ajenos –el Oviedo volvió a perder- le acercan al objetivo de acabar entre los cuatro primeros –un punto más, una jornada menos-, más que los merecimientos propios. Los que nos abrigamos para ir al Carlos Belmonte y los que prefirieron utilizar el servicio público de nuestra televisión regional, vimos a un equipo muy enchufado en la primera mitad, el de casa, y a otro a merced del rival, agazapado en su campo, el visitante. La precipitación y la falta de puntería, otra vez, evitaron que los de Gómez se fueran al descanso con una ventaja clara en el marcador.
Suele ocurrir –es otro tópico futbolístico- que cuando perdonas terminas por pagarlo, si no es por lo que te gana el rival, el campo y el balón, es por lo que regalas, espléndido anfitrión. A Santamaría se le debió olvidar que los de blanco eran los nuestros y David Alba se acordó de cuando jugaba en el Conquense. Total, cero a uno. Luego penaltito –otro mal árbitro-, empate y recuperación de moral, de nuevo despiste defensivo, otra vez por detrás, cantada de Caballero, que haciendo honor a su apellido devolvió el favor inicial y empate que deja circunspectos a tirios y a troyanos. A seguir sufriendo.
El Sábado, Palomino Núñez. Bueno, a ver, vamos a aclararnos. Si llegamos a saber que el tal elemento viajaba desde Andalucía dispuesto a pasarnos por la piedra, podríamos haber aprovechado el viaje para un garbeo cultural por la Imperial Toletum, que tiene cosas que mirar y nos hubiéramos olvidado del Salto del Caballo que, además, queda muy retirado. Lo del penalti de Megías –primera tarjeta- con desmayo de Javi Sánchez, fue de aurora boreal. La segunda tarjeta para el goleador fue de esas que significan “te vas de aquí porque a mí me da la gana, porque en mi casa no mando un pijo, pero en el campo soy el puto amo”. Perdón por los exabruptos.
Con uno menos parecíamos uno más. El Toledo atrincherado y los nuestros tirando de manual para conseguir la igualada. Difícil empresa y esfuerzo loable que no obtuvo el premio merecido para desesperación de los que estaban allí y de los que nos quedamos aquí, utilizando el servicio público de nuestra televisión regional. Bueno, que digo yo que será también nuestra, porque de Toledo… que sí, que te pongas como quieras, pero que ser… eres. Ahí estuvo ese presentador, en el intermedio, diciendo “ojalá que el Toledo sume los tres puntos”, como si La Roda fuera de Murcia que ser, fuimos. Eso por no referirnos al resumen final de lo acontecido. Pasaron de puntillas y se limitaron a decir que… El Toledo ganó a La Roda. No, si llevan razón, pero que, a pesar de todo, que lo sepan: que ser, son. Buena semana para todos.