La madre de la niña reclama al Gobierno el cumplimiento íntegro de las penas
La sala de lo penal de la Audiencia Nacional ha condenado a 843 años de cárcel a los etarras Óscar Zelarain y Andoni Otegi por perpetrar el atentado contra la casa cuartel de Santa Pola, el 4 de agosto de 2002, en el que falleció un hombre que estaba esperando el autobús y la pequeña Silvia Martínez Santiago, cuyo padre es un agente que vivía en el cuartel con vinculaciones familiares con La Roda.
La Audiencia también condena a estos miembros de ETA a indemnizar a los padres de la niña con 211.768 euros y a los familiares del jubilado que murió con 75.539, además de obligar a que abonen más de nueve millones de euros al Estado y al Consorcio de Compensación de Seguros por los daños ocasionados en el atentado y las indemnizaciones ya adelantadas a los perjudicados.
Toñi Santiago, madre de Silvia, ha pedido al Gobierno de Mariano Rajoy que garantice el cumplimiento íntegro de las penas, algo que ha puesto en duda. «Si las víctimas pensábamos que con el cambio de Gobierno íbamos a estar mejor, nada más lejos de la realidad», ha afirmado.