Opinión

A nuestra salud

11 septiembre 2012

  • Basado en una historia real. O tal vez no

—Mamá, mamá, lo he conseguido.
—Ya tienes novio.
—No, mejor.
—Tienes trabajo.
—Mejor, mejor.
—No sé, hija, estoy en ascuas.
—Nos han dado cita en el Centro de Salud.
—No fastidies.
—Por fin te vas a curar esa gripe que pillaste este invierno, mamá.
—La gripe ya la pasé, pero ya que voy que me mire las futuras gripes que pueda pillar.

Ustedes son muy astutos y ya habrán descubierto que la conversación de más arriba me la he inventado, incluso la he exagerado un poquito; pero algo muy parecido ha pasado este verano en nuestro pueblo.

Siempre han dicho que una gripe con medicamentos se cura en siete días, y sin medicamentos, en una semana; entonces, ¿para qué ir al médico?

Con los recortes estamos descubriendo que teníamos la mala costumbre de hacer cosas que no servían para nada: ir al médico, comprarnos un coche, una casa, unas vacaciones, comer todos los días, respirar… Y es que hemos estado respirando muy por encima de nuestras posibilidades y ahora lo estamos pagando con una falta de oxígeno que nos está ahogando.

Este año nos han quitado la paga extra de Navidad a los funcionarios, para que el consumo se reactive, pienso yo. Ya le he dicho a mis hijos que Papá Noel ha muerto, y que los Reyes Magos están muy, pero que muy malitos, y tal y como van las citas en el centro de salud…