Opinión

Temporada alta de premios cinematográficos

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25 enero 2013

  • Ya es tradición en el mundo del cine que enero y febrero se dediquen, casi en exclusiva, a la entrega de premios

Enero y febrero son ya tradicionalmente meses en los que la actividad del mundo del cine gira casi exclusivamente alrededor de la entrega de premios. Cerrado el año, la industria y la prensa especializada se aprestan a nombrar los mejores en todos los oficios que contribuyen a realizar una buena película. La industria, en un último intento de rentabilizar los títulos de la primera mitad del año anterior y de que no decaiga el interés por los estrenados después del verano; y la prensa, simplemente porque le encanta hacer listas y clasificaciones, y, sobre todo, opinar sobre lo visto en las pantallas de cine los últimos doce meses.

En España se acaban de otorgar los Premios Forqué, que concede la entidad que gestiona los derechos de los productores, EGEDA (o sea, industria pura y dura), y que se consideran, aunque las categorías premiadas son muy pocas, una predicción fiable de lo que vendrá en los Goya, el próximo 17 de febrero. Premio a la mejor película para Blancanieves, de Pablo Berger, que competía con Lo imposible, de J. A. Bayona; El artista y la modelo, de Fernando Trueba; y Grupo 7, de Alberto Rodríguez. Exactamente las mismas (y los mismos directores) que competirán por el Goya. Maribel Verdú y José Sacristán fueron premiados por sus interpretaciones en Blancanieves y Madrid, 1987, respectivamente. Repiten como candidatos a los Goya, aunque Sacristán lo hace por otra película, El muerto y ser feliz.

Pocas sorpresas se prevén, pues, para la entrega de los premios Goya, aparte de la curiosidad por comprobar cuál de las películas mencionadas más arriba junto a sus directores se lleva más premios. Suman 61 candidaturas para un total de 27 categorías premiadas. Parece demasiada concentración de candidatos en sólo cuatro títulos. Podría ser que el cine español sea tan mediocre como dicen muchos y solamente salga un puñado de buenas películas al año. Esto no me lo creo. O podría ser, como se quejan amargamente muchos miembros de la profesión, que los académicos del cine patrio sean bastante vagos y sólo vean las películas que más promoción reciben, con lo que al final todos votan a los mismos. Esto me lo creo más.

Hagan sus quinielas.

LibroVicente Blasco Ibáñez, Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916). El escritor valenciano viajó desde Buenos Aires a Europa en julio de 1914 en un transatlántico alemán, en un ambiente abiertamente pre-bélico y hostil para él. Menos de un mes después, el 3 de agosto, Alemania declaró la guerra a Francia. En París, Blasco Ibáñez se puso al servicio de la República francesa como periodista, llegando a pedir al presidente Poincaré permiso para visitar el frente. Aceptaron su petición a cambio de que escribiera una novela favorable a la causa francesa, y así lo hizo, reflejando en ella sus vivencias de aquellos primeros meses de la Primera Guerra Mundial. Gracias a ello fue considerado un héroe de la causa aliada en Francia y también en Estados Unidos, donde incluso fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad George Washington y se le llegó a proponer para el Nobel de Literatura. En España, ni puto caso. Ya ven que lo nuestro con los buenos escritores viene de lejos.

DiscoNew Order, Power, Corruption & Lies (1983/2008). No sé cómo no se me había ocurrido antes traer aquí este disco, dado lo ilustrativo de su título para los tiempos que corren. Se trata del segundo álbum de la banda de Manchester que surgió de las cenizas de Joy Division, a la muerte del cantante Ian Curtis. Curiosamente, los mayores éxitos de New Order en 1983 y 1984 (sin desmerecer a grandes piezas como Age of Consent o The Village) fueron varias canciones que se publicaron solamente como singles y no aparecían originalmente en el elepé. Por eso recomiendo la reedición de 2008, en doble CD remasterizado y que, entonces sí, incluía, entre otras, la archiconocida Blue Monday, Confusion y una pequeña joya como Thieves Like Us, que para mí sigue siendo, junto a The Perfect Kiss (1985), su mejor composición.

PelículaAlberto Rodríguez, Grupo 7 (2012). Confieso que para mí fue una sorpresa que esta excelente cinta se hiciera con 16 candidaturas para los Goya, incluyendo muchas de las importantes, teniendo en cuenta que se estrenó el 4 de abril, una fecha peligrosa, demasiado temprana para que luego se acuerden de ti a final de año, cuando se acumulan los estrenos de películas con opciones de premio. Alberto Rodríguez y todo el equipo de producción demostraron que se puede hacer una excelente peli de acción sin necesidad de espectaculares efectos especiales. Pero a mí lo que más me gustó fue el excelente trabajo de los actores, Antonio de la Torre (candidato al Goya), Mario Casas y, sobre todo, un estupendo Julián Villagrán, interpretando al yonqui soplón Joaquín, papel por el que también podría caerle un cabezón como mejor actor de reparto.