Opinión

Rifirrafe semántico en el Ayuntamiento

29 enero 2013

  • Acerca de la no ampliación del colegio Juan Ramón Ramírez

Estos días está siendo entretenido el rifirrafe que disputan miembros del equipo de gobierno con integrantes del partido de la oposición acerca de la no ampliación del colegio Juan Ramón Ramírez. Mientras que nuestro alcalde declaraba que las obras del colegio estaban “paralizadas” hasta que hubiera parné en las arcas toledanas, el vocero socialista le enmendaba la plana restregándole un documento en el que este aceptaba el “desistimiento” propuesto por la Junta a la ejecución de las obras de ampliación del citado colegio. Política de altos vuelos.

Según el diccionario de la Real Academia Española desistir es “apartarse de una empresa o intento empezado a ejecutar o proyectado”; mientras que paralizar es “detener, entorpecer, impedir la acción y movimiento de algo”.

Según nuestro munícipe por antonomasia la obra está paralizada; o sea que la Junta le ha pedido a los que rigen nuestro ayuntamiento que hagan todo lo posible por detener, entorpecer e impedir la ampliación del colegio. Me imagino a Vicente Aroca acatando la orden de Marcial Marín y colocándose delante de la excavadora para detener la obra, emulando al héroe de Tiananmen; incluso algún concejal, en un ataque de locura transitoria, tumbándose delante de las máquinas con el objetivo de entorpecer su ejecución. Si esto es así, y no debemos dudar de la palabra de un político, lo de la Junta con este pueblo es de mala leche.

Pero supongo que no es esto precisamente lo que pretendía decir nuestro senador al eludir la palabra desistir, con una connotación más negativa que paralizar pero que igual se ajusta mejor a la realidad, ya que apartarse de una empresa puede ser momentáneo y no definitivo. Vamos, que el proyecto podría retomarse cuando hubiera cuartos en la hacienda regional, y voluntad.

Lo que resulta triste es que se discuta por estas diferencias semánticas que no conducen al meollo de la cuestión. La ampliación no se ejecutó en su día y, por ahora, no se va a construir, y vistas las ganas de nuestra princesa del reino central por “malgastar” en educación, ni se la espera en mucho, mucho tiempo.

Y más triste es aún el ver cómo los miembros de un partido que en su día gobernó este reino y no hicieron una mejora a todas luces necesaria, cuando se gastaba lo que se tenía y lo que no, ahora les sermonean a los mandamases actuales por no hacerlo con un dinero que no existe. Vamos, que aquellos que un día pudieron y no hicieron el poder, les reprochan a los que ahora podrían que no hagan dicho poder.

El gasto en educación es el que más beneficio revierte en nuestra sociedad. Con estos recortes los que van a quedar paralizados son nuestros niños y nuestros jóvenes. ¿No sería mejor que ahorráramos en otros gastos, paralizando las duplicidades en las administraciones? Por ejemplo: las diputaciones. ¿Quién de nosotros ha votado a los actuales diputados provinciales?

Yo tampoco. Paralicémoslos.