Opinión

Volveremos, volveremos…

03 junio 2013

  • A pesar de ganar, el Alba queda eliminado de la lucha por el ascenso a Segunda

Pues sí, el fútbol te debe una Albacete Balompié. De ninguna manera mereciste quedar eliminado, por mucho que hayas hecho el ganso durante la temporada regular. Tu oponente no ha sido mejor, ni mucho menos. Duele más la eliminación porque llega cuando has mostrado tu cara más competitiva y porque el cuadro que hubiera quedado por delante no ofrece, a priori, muchas dificultades. Con el Tenerife, Alavés, Oviedo, Leganés y Cartagena fuera, el camino se nos hubiera antojado expedito, primero el Eibar y luego o Jaén, o Lleida, o Caudal de Mieres… Con todos mis respetos, enemigos asequibles. Meras suposiciones, desde luego. Pura quimera.

La triste realidad es que nos hemos despertado este lunes con la ilusión amargada de lo que pudo haber sido y no fue. Y nos queda el poso y la rabia al pensar por qué no acertó Jorge Díaz o Víctor Curto; o Sergio Molina, nada más empezar. Nos acordamos de las ocasiones de Calle en el Tartiere. Y del padre y la madre del portero Quintana, que ha resultado decisivo con sus paradas. El Oviedo ha disparado tres veces contra Alvaro Campos. Dos goles.

La cuestión es que ya no existe el remedio. Hay que esperar otro año de calvario, transitando por este infierno –gloria para otros- esperando que a la tercera vaya la vencida. Tiempo habrá para plantearnos el futuro, ya hablaremos del gobierno del club y de su plan deportivo y económico, del grupo que más interesa o del que no, de si van a seguir estos o los otros…

De momento vamos a lamernos las heridas y nos vamos a quedar con lo positivo, el compromiso de los jugadores, capítulo aparte para Antonio Sánchez de la Calle, otrora denostado, que terminó por derrumbarse entre lágrimas cuando se acabó el partido, tan veterano, tan niño. Y la afición, enorme, olvidando el calvario de una temporada infame, se fue al Carlos Belmonte a demostrar a quien corresponda que este club es mucho más que el escudo y la camiseta, porque por encima de los símbolos están los sentimientos, las penas y las alegrías, las emociones, los nervios, el fervor en las gargantas, el ALMA… Ojalá que el detalle no haya pasado desapercibido y que cuando llegue otra vez el momento, dentro de nada, estemos todos a la altura y no dejemos solo a nuestro Albacete Balompié.