- Alumnos, profesores, padres y madres colaboran día a día a que este centro de La Roda sea un ejemplo de convivencia

El jueves día 20 de junio se celebró una Jornada Intercultural en el CEIP Miguel Hernández. En el colegio conviven nueve comunidades diferentes; marroquí, colombiana, ecuatoriana, rumana, gitana, china, laosiana y española; no obstante a pesar de la diversidad de alumnado, la convivencia es ejemplar, sin que haya conflictos por motivos raciales, gracias a una filosofía de educación inclusiva.
Hablar de interculturalidad sería hacerlo de la colaboración entre madres a la hora de preparar la jornada, donde se mezclaban las culturas y afloraba una curiosidad humana por conocer las tradiciones de los otros. Lo más destacable no eran los trajes folklóricos, ni los exquisitos platos de comida, ni las fotografías o exposiciones de cerámicas y utensilios religiosos, lo realmente interesante estaba en la convivencia entre las diversas culturas, en ver como madres gitanas querían adornar sus manos como las de las madres marroquíes, o en cómo unas madres españolas se interesaban por las recetas de las viandas americanas, o cómo entre todas vestían un maniquí con un traje de novia marroquí y relataban el día de su boda, que aun siendo diferente en cada pueblo, todas se viven con la misma alegría. Una madre laosiana enarbolando con orgullo una cultura oriental, padres chinos que se esmeraban en colocar sus amuletos y madres rumanas que enseñaban a los alumnos las delicadas piezas de su ajuares.
Interculturalidad es el empeño de los alumnos del centro por destacar su colegio, por mejorar una imagen deformada por una mentalidad cerrada, donde se esfuerzan por realizar una presentación de imágenes bellas que hablan de apertura y la grandeza de los pueblos, donde todos se ayudan con su creatividad para perfeccionar un trabajo conjunto, donde no figura un nombre solo, ni una sola raza, sino el de un colegio entero que vibra y sueña con romper las barreras que le ponen fuera, porque desconocen la vida que se respira allí dentro.
Interculturalidad son las ganas que le ponen los maestros por igualar las oportunidades de aprendizaje de sus alumnos respecto a los de otros colegios; por mejorar los niveles académicos curso tras curso; por embarcarse en proyectos que sobrepasan la mera jornada de trabajo; por construir una sociedad más justa por cada alumno que aprende; por desvivirse con el mismo tesón por el alumno aventajado como por el desfavorecido; por no distinguir entre razas y forjar una comunidad única e igualitaria.
Interculturalidad se resume en un mural de un mapa del mundo donde están señaladas todas las nacionalidades que conviven en el colegio y comprobar que son cuatro los continentes representados en nuestra comunidad educativa; que si tuviéramos que envolver un pedazo del mundo para ofrecer como regalo, este colegio sería el mejor ejemplo, o que si quisiéramos fundirnos en un abrazo con el resto del mundo, bastaría con hacerlo con nuestros alumnos.
Entonces interculturalidad se define como la cooperación entre todos los escolares que dejan de mirarse como iguales para verse como compañeros, un compañerismo que supone haber subido un peldaño hasta la amistad, un afecto que da paso a la confraternidad entre los pueblos; en definitiva si alguien tuviera que inventar un sinónimo a modo de ejemplo para la palabra interculturalidad bien podría ser el colegio Miguel Hernández; así su fiesta discurrió con palabras como diversidad, convivencia, tradiciones, empeño, ganas, representatividad, cooperación… todo sentimiento.