Hagan juego, señores

  • Ya teníamos ganas de volver a encontrarnos
26 agosto 2013

Ya teníamos ganas de volver a encontrarnos. Impenitentes del fútbol, atravesamos el desierto de su ausencia y hemos llegado de nuevo al oasis. Ya rueda el balón, ya ruge la marabunta. De nuevo sentimos la presión en la garganta cuando se acerca el momento, ¿será este año cuando salgamos del infierno?, ¿continuaremos tocando el cielo?. Ya saben, los objetivos no son iguales. Para el Albacete Balompié la culminación de esta temporada pasa por el ascenso, sí o sí, no caben medias tintas. No va más. Para La Roda C.F., casi desconocido por renovado, permanecer otro año más en esta categoría es el objetivo prioritario, sin lugar a dudas.

Pues hagan juego, señores. Y no se fíen de los primeros compases, que hay que afinar desde el principio o luego va a resultar muy complicado recomponer la partitura. Casi todos nuevos los músicos que vestían de rojo, nuevo su director, hasta el atril lo han cambiado de sitio. Los ensayos previos nos dejaron pasajes desafinados, tanto que dudábamos si estos chicos tienen oído u oreja. Pero bastó la puesta de largo, con auditorio escaso, por cierto, para demostrarnos que a poco que afinen el instrumento, tenemos por delante tardes de sinfonía y de goles. Pocos músicos, como el año pasado, pero buenos por lo que enseñaron.

El Écija, que tampoco es el del pasado año, obtuvo un premio inmerecido por el bagaje que puso sobre el césped; un disparo, un gol. La Roda demostró más aptitud, mejor condición, mayor ambición… y muy poco acierto. Hasta dos veces sacaron ellos el balón en la raya del gol. Pero bueno, esto es fútbol –a ver, por cierto, las veces que vamos a echar mano del tópico a lo largo de la temporada- y no siempre gana el mejor.
Nos gustaron los nuevos y los viejos. Unos más que otros, claro, pero en conjunto casi todos. Especial mención para el goleador. O ha sido una ilusión, esperemos que no, o Arturo nos va a dar muchas satisfacciones con goles, a poder ser, o sin ellos. Lástima que a Del Moral se le acabara el depósito mediada la segunda parte. Este también puede sentar cátedra. Y Sergio Castillo y Manu Dimas. Y con ellos los demás. Que nadie se alarme, que este equipo, con dos o tres incorporaciones, tiene calidad para igualar logros pasados.

En Sanlúcar, donde se marcha el Guadalquivir y habitan los tigres disfrazados de langostino, jugó el Albacete Balompié, también casi desconocido, con mucha gente nueva, con ilusiones renovadas que ojalá ayuden a mitigar las urgencias que corroen. Había que empezar ganando y se ganó. Lo demás, nos lo imaginamos porque no lo vimos y cada vez son menos los que marchan a contarlo. Sabemos que fue Rojas, ahora en la acera de enfrente, el que consiguió, por fin, culminar una estrategia con el balón quieto en el piso. Su remate y el oficio de su equipo significaron los primeros tres puntos. Quien da primero, da dos veces, van diciendo por ahí. La repercusión, además de a los números, afecta positivamente a la moral y esto se nos antoja esencial, porque es muy importante poder, pero lo es más estar convencidos de que se puede. Y cuanto antes empecemos, mejor.
Pues nada, que dentro de poco vuelve a ser domingo y que todos compartimos la esperanza de no habernos equivocado en nuestras primera percepciones. Que el desierto es muy largo y muy ancho, atravesarlo muy duro, pero que también existen los oasis. Y los espejismos, mecagüen la leche. A ver si estamos atentos y no nos confundimos.