La guerra abierta entre el Gobierno de Vicente Aroca y la Policía Local de La Roda -por los recortes en seguridad ciudadana, las nuevas condiciones laborales impuestas a los agentes y los retrasos en los pagos de horas extras y complementos- deja nuevas consecuencias. Según ha podido saber CRÓNICA DE LA RODA, desde que estalló el conflicto –en octubre de 2011, aunque llevaba latente desde septiembre de 2009– las multas de tráfico que pone este cuerpo se han desplomado hasta un 85%. Ese 2011 se cerró con unas 1.000 denuncias tramitadas, según datos de la propia Policía, mientras que en lo que llevamos de 2013 -a falta de dos meses para finalizar el año- apenas se alcanzan las 150. La caída ya se notó el año pasado: 2012 finalizó con unas 360 multas, en torno a un 65% menos que 2011.
Teniendo en cuenta que lo mínimo que se paga por una multa de tráfico en La Roda son 40 euros -80 sin la reducción del 50% por pronto pago-, las estimaciones policiales apuntan que en 2011 el Ayuntamiento «pudo ingresar, fácilmente, más de 50.000 euros en multas». La cifra se habría reducido a unos 18.000 en 2012. En este 2013 apenas se llevarían recaudados unos 7.500 euros, siempre según estas mismas fuentes.
¿Huelga de celo de los agentes?
En los despachos del Ayuntamiento existe el convencimiento de que éste es un mecanismo de presión más de la Policía Local -huelga de celo o de bolígrafos caídos-, en un momento en el que las arcas municipales están bajo mínimos y el consistorio recibe cualquier ingreso como agua de mayo.
No lo creen así la mayoría de agentes, que achacan este descenso «al mal funcionamiento» de la Policía y recuerdan que con el dinero que el Ayuntamiento deja de ingresar se podrían pagar sus horas extras y complementos. «Sinceramente, jamás se ha funcionado peor», cuenta un policía. «La moral y la autoestima de la plantilla están por los suelos», añade, «y muchos perciben que esforzarse por hacer bien nuestro trabajo, como se ha hecho hasta ahora, no vale de nada. Estamos sometidos a una tensión enorme y, encima, expuestos a que en cualquier momento el alcalde o el concejal de turno salga a desprestigiarnos. Y eso machaca», concluye.