Los del basket son unos flojos

  • Los jugadores de baloncesto se han quejado de que en el pabellón Juan José Lozano la calefacción no funciona, es más, que en las duchas no tienen agua caliente. Valiente pandilla de enclenques y flojos
26 noviembre 2013

Escucho estos días por la tele particular que los jugadores de baloncesto se han quejado de que en el pabellón Juan José Lozano la calefacción no funciona, es más, que en las duchas no tienen agua caliente. Valiente pandilla de enclenques y flojos. Pero qué se puede esperar de un deporte en el que con solo rozar un poquitín a un contrario ya te están señalando una falta, y más aún, el que la ha provocado, y esto lo han visto mis ojitos, levanta la mano delatándose. De tontos.

El fútbol, ese sí que es un deporte de verdad, donde el que comete una infracción al reglamento lo primero que hace es negarlo, a pesar de que le haya mordido la oreja al contrario y todavía le chorree la sangre por la comisura de la boca; no solo eso, sino que sus camaradas de equipo, en un claro acto de elevado compañerismo, se enfrentan vehementemente al colegiado mientras que un tercero intenta hacer desaparecer la oreja para que no haya prueba que los delate. Con dos cojones.

¡Que tienen frío estos mustios! ¡Ay pobrecitos! Que se vengan un día a jugar al fútbol al nuevo Maracañí, sin calefacción, al aire libre, sin vestuarios, sin duchas, sin agua. Si tienen frio que se abriguen, si les salen sabañones que se pongan guantes.

¿Qué pretenden estos blandengues del basket?, ¿que el ayuntamiento no solo haga infraestructuras sino que además las conserve en buen estado? ¡Habrase visto! Nos creemos que papá ayuntamiento tiene que venir a arreglarnos todos los problemas, a solucionarnos la vida. Pues no es así, el ayuntamiento no está para esas cosas. Si se rompe la caldera y no hay calefacción le pedís a vuestras madres que os hagan un jersey de cuello vuelto y a jugar con él, y si hay goteras en el pabellón, pues ya no tenéis que ducharos, que de todo protestáis, hasta cuando os lo dan todo hecho. ¡Caterva de endebles!

Que se está ofreciendo una mala imagen a los equipos que vienen de fuera, vienen a decir estos tristes, pues que no vengan, y si quieren ducharse con agua caliente que lo hagan en sus pueblos, que gasten de sus ayuntamientos, que no vengan a aquí a dilapidar nuestros escasos recursos. No hay nada mejor que un autobús repleto de jóvenes jugadores de regreso a su hogar, recién sudados, emanando efluvios por todo el habitáculo. Así se curte la pituitaria.

La protesta de los jugadores de baloncesto y demás usuarios del pabellón Juan José Lozano es injusta. Deberían estar agradecidos al ayuntamiento por tener lo que tienen. Yo, si fuera concejal, agarraría la excavadora y derribaría el pabellón: por protestones, y a jugar a la era, con dos cubos haciendo de canasta. La infraestructura que no existe no hay que mantenerla, sería mi lema si estuviera en el consistorio. No valoramos lo que tenemos, no disfrutamos con lo que se nos ha dado, solo sabemos pedir y pedir, tenemos un agujero en la mano. Manirrotos, más que manirrotos. ¿Qué será lo siguiente?, ¿que el club de La Cañada o el de atletismo exijan unas pistas de entrenamiento? Y que luego haya que cuidarlas.

El deporte no debe ser nunca algo prioritario dentro de un ayuntamiento, hay siempre cosas mucho más importantes donde gastar el dinero: una buena corrida de toros, por ejemplo. Exijo que inmediatamente se instale en la plaza de toros un buen sistema de calefacción, ahí sí que se necesita de verdad, a ver si así podemos disfrutar también de buenas faenas en invierno. Seguro que el alcalde y el Niño Burbuja están de acuerdo conmigo.

Un consejo a los jugadores de baloncesto: si tenéis frío, acercaos por el campo de fútbol, ahí sí que se reparte leña y se sale todos los días caliente, a pesar de los hielos, y sin gastar gasoil, como le gusta al ayuntamiento.