Está de más el informe PISA ese para advertirnos de los problemas de comprensión lectora de este país: bastan los pedestres y humildes (y asequibles, asequibilísimos al entendimiento) artículos de Crónica de La Roda como materia prima, y el tuíter y el Facebook como escenarios donde volcar todo el talento intelectual de cada uno, para trazar el diagnóstico más preciso del estado de la cuestión.
El otro día, sin ir más lejos, con el artículo de Gaona sobre el baloncesto y la reacción de algunos lectores se me quitaron para siempre las ganas de reírme de Portugal. Va el bueno de Gaona y con su ironía a cubazos, de la que chorrea, pide agua caliente y calefacción para los del baloncesto, y entonces salen algunos de los que se duchan con agua fría en plan Braveheart a pedir explicaciones. Ironía a cubazos, digo, no un barniz de ironía ni una sutileza. Ni aun así, los angelicos.
Será la LOGSE, será Telecinco, serán los porros, será el aire de la alcoholera, qué será, será, el caso es que es lo que hay y hay que tratar el tema hasta con cariño, y mostrar afecto y empatía porque el que no sabe ni leer puede terminar triunfando en la política.
Pero hay otro tipo de problema de comprensión lectora menos entrañable y más elaborado, que consiste en estirar las gomas del sentido del texto hasta romperlas para decir que en ese texto se dicen cosas que no se dicen porque no hay manera de rebatirlo con argumentos, ni se le encuentra una grieta, una contradicción, una puta coma que falte aunque sea, nada.
Y entonces a algunos se le aparecen las caras de Bélmez en la pantalla, entre los renglones del artículo “¿Escuela Oficial de Idiomas?”, por coger uno al no azar, y como el que ve las caras de Bélmez no se atreve a decir “Sin ninguna duda, rotundamente sí, lo que hay en La Roda es una Escuela Oficial de Idiomas, con todas las letras”, ni puede decir “Esto es falso, y esto y esto y lo otro”, decide espolvorear por el aire la sensación de que los cabrones del CRÓNICA no quieren que haya Escuela Oficial de Idiomas en La Roda, ni clases públicas de inglés, se llamen como se llamen, ni nada, y las esporas quedan flotando en el aire y algún organismo bajo de defensas, como alguno de los organismos que tuvo problemas para enfrentar la lectura del artículo del baloncesto de Gaona, quedará infectado y los del CRÓNICA como unos cabrones.
El primer tipo de tara de comprensión lectora se podrá atajar algún día no muy lejano, cuando haya suficientes emoticonos como para no necesitar usar una sola palabra al transmitir ideas; para el segundo no se intuye una solución tan a corto plazo porque caras de Bélmez puede decir uno que las ve en cualquier lugar y en cualquier momento.
Pues hala, que os cuente la realidad Iker Jiménez.
