El público que tuvo la fortuna de presenciar el último partido en casa del Fundación Caja Rural de La Roda disfrutó de lo lindo con la victoria de su equipo, si bien tuvo que esperar a que llegara la segunda parte ya que su rival, el CEBA Guadalajara, fue dueño y señor del encuentro en la primera parte.
Tras el parón navideño nunca sabemos que Fundación Caja Rural nos vamos a encontrar. Desde hace muchos años el club pone especial atención a este periodo festivo y trata de compaginar lo mejor posible días de vacaciones y días de entrenamiento, con un trabajo físico importante, con el fin de llegar a la primera jornada del año en las mejores condiciones. Aún así siempre se mira con recelo la vuelta a la competición. Y el CEBA metió el miedo en el cuerpo durante veinte minutos.
Efectivamente, el CEBA impuso su ritmo desde el salto inicial y los jugadores rodenses no se encontraban especialmente cómodos en la pista. Las diferencias en el marcador eran cortas pero siempre favorables al cuadro visitante. Los alcarreños realizaron un juego de campanillas que gustó mucho al público rodense que se empezó a poner nervioso conforme pasaban los minutos. A La Roda le costaba anotar cada canasta más de lo debido por mor de la defensa rival en muchas ocasiones y por la ansiedad en otras. Al final del primer cuarto se llegó 15-21.
En el segundo cuarto, la diferencia favorable a los alcarreños fue agrandándose y ya coqueteaba con la decena de puntos hasta superar en varias ocasiones esa barrera que, por momentos, parecía insalvable. Un 2 + 1 de Fran Blasco tras finalizar un gran contraataque recortó esa diferencia y dejó el marcador en un 33-40 al descanso. Esa acción pareció romper la tensión local.
Una segunda parte distinta
Pero en la segunda parte salió otro Fundación Caja Rural, el de verdad, el que muerde en defensa y corre como si se fuera a acabar el baloncesto para siempre. Y en un abrir y cerrar de ojos allí estaban los jugadores verdes llamando a la puerta de su rival. El CEBA Guadalajara poco pudo hacer ante la avalancha que se le vino encima.
La Roda se agarró a José Manuel Márquez y José Manuel Ojeda en ataque y ambos destrozaron a su rival. La defensa verde rayó en ocasiones la perfección, lo que propició rápidos contraataques y jugadas espectaculares. El público se volvió loco con estos veinte minutos, mejor dicho dieciocho, para enmarcar. En estos minutos el equipo funcionó como un reloj y la diferencia a su favor fue ya insalvable para su rival que tan solo pudo decorar el marcador aprovechando la pájara local de los dos últimos minutos. El resultado final de esta octava victoria verde fue de 85-73, pero lo mejor es que el público disfrutó como en las grandes tardes y que hay nuevos jugadores llamando a la puerta de las rotaciones… como Pedro Fernández. El canterano tuvo momentos sublimes y sabemos que su progresión va a ser difícil de parar, es su carácter.
Las sensaciones fueron realmente buenas, tanto por la victoria como por la capacidad de reacción del equipo y hace ver con optimismo la dura prueba del próximo sábado en Ciudad Real ante el líder, invicto tras cuarenta y nueve encuentros consecutivos entre liga, copas y fases de ascenso. Pero soñar es gratis y La Roda quiere hacerlo.
