La Roda KO, Albacete OK

  • Reflexión tras la derrota de La Roda CF ante el Granada B y la victoria del Albacete en Lucena
24 marzo 2014

Ya estamos otra vez con las mismas. No redondeamos una jornada desde hace tiempo. La verdad es que, últimamente, siempre es por culpa del mismo. Al contrario de lo que sucedía hace tiempo, ¿se acuerdan?

Anda La Roda C.F. metida en una espiral peligrosa que le empuja hacia el fondo y le envuelve en el desánimo y la confusión. No transita este equipo por la senda adecuada desde hace mucho. No termina de recuperar la credibilidad perdida. Ni el fútbol. El mismo que llevó a este equipo a ilusionar a la mayoría, a sorprender a todos, poniendo sobre la hierba razones suficientes para convertirlo en la revelación de la primera vuelta del campeonato. Razones que tenían que ver con el fútbol y con el aprovechamiento de los recursos, al margen de los presupuestos, de los dineros…

Lo cierto es que ya no vale la nostalgia de los tiempos de vino y rosas. No nos queda más remedio que tirar de la épica y apelar a la casta, que es un remedio muy socorrido cuando las ideas se amontonan y no salen. Ya no sirve de nada pensar qué se le debió pasar a Viyuela por la cabeza en aquel mano a mano; o a Jordi Pablo, poco después, también solo frente al portero. No sirve de nada considerar injusta la derrota de ayer… Tocan a arrebato y no caben más despistes. El domingo, en Sevilla, es la ocasión para que los jugadores y el cuerpo técnico demuestren si están o no capacitados para resolver esta situación. Otra derrota llevaría al equipo a una situación prácticamente irreversible.

A la misma hora y a muchos kilómetros de distancia, el Alba peleaba por otros objetivos. Por la mañana había empatado La Hoya, frente al Guadalajara, en un buen partido de Segunda B. Era, pues, la ocasión de restar diferencias, pero había que hacerlo frente a un buen equipo, el Lucena, y en un campo de césped artificial, que no es el piso que más gusta a los futbolistas y a los entrenadores.

Empezó el partido con los de casa achuchando y los visitantes pertrechados en torno a Alberto que, dicho sea de paso, es otro buen portero que está supliendo con total garantía la ausencia del titular. El Lucena amagó varias veces y el que terminó dando fue, otra vez, Rubén Cruz, de manera que los de casa se quedaron aturdidos, sin aire, y ahí llegó el otro, ese que cuando la pilla se va directo a buscar al portero rival, ese que antes agachaba la cabeza tanto que perdía la perspectiva y que ahora tiene la tranquilidad suficiente para levantarla y optar por la solución que más conviene. Pues eso, que llegó César Díaz y puso el reto inalcanzable para los lucentinos, que sólo se acercaron cuando era demasiado tarde y merced al enésimo penalti que pitan contra el Albacete Balompié, circunstancia esta que seguramente preocupa a Luis César Sampedro. No se puede ser tan pardillos, chavales.

El sábado es la cita. No nos gustan nada los acontecimientos que se revisten de trascendencia, porque suele suceder que este equipo, de nuestras entretelas, se va por la patilla con enorme facilidad. Con toda la semana por delante, queda tiempo para mentalizarse de que lo que se va a jugar el próximo fin de semana es nada más que un partido de fútbol. Y nada menos.