Y esta vez se cumplió aquello de entrenador nuevo, victoria segura. Y eso que muy pocos apostaban por la reacción rojilla tras el gol del Sevilla Atlético al inicio de la segunda mitad. Juanan se internaba por banda y Gonzalo remataba a la red, ante la pasividad de la zaga rodense. Volvían a aparecer los fantasmas. Antes de eso, La Roda había hecho una primera parte ramplona, esperando atrás, cediendo el balón a su rival, sin apenas inquietar la meta contraria, salvo una ocasión clara de Espínola.
Pero con el 1-0 en contra todo cambió… para bien. Los rojillos recuperaron la casta que tanto echaba de menos la afición. Dieron un paso adelante y pusieron al filial sevillista contra las cuerdas. El empate era cuestión de tiempo, y llegó tras un gran centro de Jordi Pablo desde la derecha que Nacho del Moral cabeceaba a la red desde el borde del área chica, tras colarse entre los centrales.
Corría el minuto 77. Había tiempo para ganar el partido -convertido en una finalísima ante un rival directo- pero también para perderlo. Y ahí La Roda supo jugar. Lejos de echarse descaradamente atrás, dio el pequeño paso prudencial, pero siguió con el colmillo afilado. Los jugadores lo dieron todo; especialmente destacada fue la actuación de Piojo, que se destapó con un auténtico partidazo. El ex del Alba se echó al equipo a sus espaldas y ya en el descuento puso el 1-2 definitivo con un jugadón que culminó cruzando el esférico a la derecha del meta hispalense.
Con esta victoria, La Roda C.F. rompe una racha de cinco meses sin ganar lejos del Municipal, bate a un rival directo y se inyecta una dosis extraordinaria de moral, tras una racha infame que acabó con la destitución de Alberto Jiménez Monteagudo. La nota negativa del partido fue la lesión del central Óscar Pérez.
