“Apreciada Corporación Municipal”:
Hace unos días se celebró en nuestro pueblo un gran acontecimiento deportivo. Al pabellón Juan José Lozano, concretamente, vinieron mucha gente de otros lugares y ciudades y, como es natural, los alrededores de dicho pabellón se llenaron de coches y autobuses.
Al mediodía, cuando llegó la hora del descanso, las personas que vinieron al acontecimiento salieron a la calle y algunas preguntaron por los restaurantes de nuestro pueblo. Pero no todos iban a comer al restaurante. Muchos de ellos traían su nevera, su comida y sus sillas en el coche y aquí es cuando surgió el motivo de esta carta. Estas personas, que no encontraban una sombra donde poner la mesa en esos días pasados de tanto caloret, se tuvieron que ir a la puerta principal del cementerio y, debajo de los cuatro arbolitos que, por casualidad, existen allí, pudieron poner su mesa a la sombra.
Yo, personalmente, sentí vergüenza al oír los comentarios que allí se decían: ¡Vaya paisaje! ¡Vaya avenida de árboles que tenéis en este pueblo! ¡Vaya alrededores tan bonitos! ¡Vaya polvareda que se lía en esta calle sin asfaltar! ¡Vaya bancos y vaya sombras que tenéis aquí! Me sentí avergonzado al comprobar que tenían razón porque una imagen vale más que mil palabras.
Es cierto que en esta avenida pusieron unos árboles hace unos años y, por abandono, hubo que talarlos por no ponerles unos palos de sujeción. Al talarlos, ya no hay que Trabajar ni Hacer Crecer –eslogan con el que os sentís identificados- porque esta es la única manera de que no den trabajo. Hace un año, a alguien se le ocurrió la idea de llenar el “muro de las lamentaciones” de enredaderas creyendo que iba a parecer un vergel. No agarró ni una. También por abandono.
De toda la plantación que se hizo quedaron cuatro adelfas pero se las han comido los cardos. También por abandono.
Los árboles que también se pusieron el año pasado están en el suelo por no ponerles unos palos de sujeción. También por abandono.
Visto lo visto, hago un llamamiento a todos los amantes de la naturaleza y el medioambiente, a los rodenses y a las autoridades que salís a pasear en las noches de verano por la Avenida de La Mancha: daos un paseo por la Avenida del Tanatorio o Juan José Lozano y comprobaréis lo que es sentirse “orgulloso de lo bien hecho” (otro eslogan). Confío en la promesa de que vais a Trabajar y Hacer Crecer los árboles de esta avenida y de tantas otras de nuestro pueblo, y que no tengamos que esperar otros cuatros años de desidia para que se os ocurra lavarle la cara a las afueras en precampaña electoral.
Espero, por el bien de nuestro pueblo, que se tome nota y que todos los rodenses podamos decir que obras son amores. Y no solo unos pocos. Porque lo bien hecho, bien parece.
Un paisano que ama a su pueblo.