Año 2087, después de un siglo de gobierno del Partido Popular en el consistorio municipal, una formación llega a los comicios con posibilidades de arrebatarle el bastón de mando a los de la gaviota. Se trata de Podíamos, que nació como escisión de un anterior formación llamada Podemos, la cual nunca superó el corte de la coleta de su famoso cabecilla, amputación que provocó una disgregación del partido en múltiples corrientes. Además de Podíamos, que es ahora la predominante, surgieron otros grupos más efímeros como Pudiéramos, Pudiésemos, Podríamos, Hubieranpodido, Hubiésemospodido y Pudieronperonoquisieron.
Podíamos está liderado por una veterana política, Lolita de Cospedal, nieta de la que fuera presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a principios de siglo, y de infausto recuerdo. Actualmente es la primera fuerza política en las encuestas rodenses, seguida de lejos por la formación Miratusillegamosapoder, que no es otra que la antigua Izquierda Unida, y un poco más atrás por el Partido Popular, ya en claro retroceso. Lolita, que renegó de las ideas de su conocida abuela, llegó a La Roda para fundar una comuna libertaria en las ruinas de lo que había sido la Posada del Sol. La Posada del Sol se vino abajo en el año 2057 mientras que el ayuntamiento esperaba sentado la subvención para restaurarla. Con el objeto de proporcionarle un uso más continuado, no solo como belén viviente una vez al año, se habilitó su amplio patio para que hiciera las veces de improvisado cine de verano, hasta que una fatídica noche en la que se emitía el film “Amanece que no es poco, segunda parte”, rodado íntegramente en La Roda, se vino abajo sin tener que lamentar, por suerte, desgracias personales.
El Partido Popular no vive sus mejores horas desde que Vicente Aroca, el munícipe local por antonomasia, dejara la alcaldía por aburrimiento después de quince victorias consecutivas. Su último acto fue cumplir con la Ley de la Memoria Histórica y renombró el colegio José Antonio, pasándose a denominar Sixto González García, en honor a su predecesor. Emotivo fue el acto en el que se descubrió la placa conmemorativa y ambos mandatarios se fundieron en un cálido abrazo.
El sucesor de Vicente en la alcaldía es, desde hace veinte años, el popular Pepito Bono, nieto de José Bono. Pepito Bono se estableció en nuestra localidad después de contraer nupcias con una rodense en la iglesia-mezquita de El Salvador, y enseguida entró a formar parte de las filas del partido conservador. Su abuelo, que cada vez luce una melena mucho más espesa, vino al pueblo a apoyarlo en uno de sus mítines de campaña: “Me quito la careta y apoyo a mi nieto, pues, como ya intuíais, he sido de derechas de toda la vida”, exclamó al aire a la vez que regalaba relojes a todos los presentes.
Pero después de dos décadas como alcalde, a Pepito se le ha subido el puesto a la cabeza y en un decreto de la alcaldía sustituyó, sin previo aviso, el nombre de nuestros afamados Miguelitos de La Roda por el de Bonitos de La Roda, en honor a su abuelo, según confesó. La indignación local hizo que se produjeran asaltos a las confiterías que, obligadas, habían remplazado el tradicional nombre.
Lolita de Cospedal, en su innovador programa electoral, propone, la muy osada, repoblar las avenidas de nuevo con árboles naturales, pues Pepito Bono taló personalmente todos los árboles que quedaban en pie y los sustituyó por unos de plástico, muchos más funcionales y fáciles de conservar. El Ramón y Cajal, por ejemplo, se encuentra totalmente poblado por palmeras datileras y el paseo de la estación por gigantescas secuoyas.
Por su parte, Pepito Bono promete que por fin se llevará a cabo el tan necesitado aeropuerto de mercancías, se iniciarán las obras del tercer carril de la A3 hasta Albacete, se construirán unas pistas de atletismo, La Goleta tendrá playa y da su palabra de honor de que no realizará más rotondas en el casco urbano.
Y los socialistas…, pues eso, buscando su enésimo líder.
