Sí, sí, sí, don Mariano ya está aquí

  • Nuestro presidente, aunque sea en funciones, se ha dignado a visitarnos
  • No disfrutábamos de un acontecimiento de tanta magnitud desde que en Gran Hermano el año pasado se comieron un Miguelito en directo
01 diciembre 2015

Por fin una buena noticia acontece en el pueblo: Mariano Rajoy en La Roda. Nuestro presidente, aunque sea en funciones, se ha dignado a visitarnos. No disfrutábamos de un acontecimiento de tanta magnitud desde que en Gran Hermano el año pasado se comieron un Miguelito en directo. Muchos le han criticado al presidente su actitud, denunciando que ha venido a nuestro pueblo con la insana intención de rogarnos el voto. No son más que unos recelosos, gurruminos, gentes de mal pensar y peor vivir que sienten celos, personas resentidas que, sin embargo, saldrían raudos y veloces a rendirles pleitesía si los que pasearan sus apuestos esqueletos por la villa fueran Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera. Envidia cochina.

Además, don Mariano no ha venido a implorar nuestro voto, nada más lejos de la realidad; en primer lugar porque todavía no estamos en campaña y no puede, pues si así lo hiciera cometería un delito electoral, y todos sabemos que nuestros políticos, almas puras donde las haya, no son nada dados a cometer irregularidades, por lo menos de esas que alguien pueda probar; y por otro lado don Mariano no necesita pedir el voto para su partido en La Roda ya que, como hemos podido comprobar el jueves pasado, sería como suplicarle un beso a tu propia madre, pues esta sabemos que los tiene siempre prefabricados de antemano.

La llegada de un prohombre a nuestra población ha de ser motivo de honda satisfacción, pues, como bien es sabido, siempre irrumpen cargados de ventajas y regalos para los residentes en la localidad: ¿se iniciarán ya por fin las obras del tan ansiado aeropuerto de mercancías?, seguro, no lo duden, incluso un pantano en las proximidades de la laguna de los patos o una base de la NASA en los terreros, todo es posible cuando un ilustre se deja caer.

Asimismo, las calles se adecentan, se le lava la cara al municipio, se retiran los contenedores por razones de seguridad, que dejan de afear el paisaje (por este motivo debe de hacer ya varios años que don Mariano no ha visto uno, es posible que crea que ya no existe la basura); para que el gobernante de turno contemple la pulcritud y limpieza de los sitios que visita y así continúe residiendo en Babia: esa burbuja perenne en la que habita todo gobernante que se precie, evitando con ello que constate la realidad del lugar, y así poder proferir frases del tipo «¿Quién habla hoy de la recesión, del rescate y del paro?», creyéndoselas a pie juntillas, sin sonrojarse. Pues las aproximadamente 4.850.8000 personas que sufren el paro y que reflejaba la última encuesta de población activa son, como todos sabemos, mudos de nacimiento, no pudiendo, por tanto, proferir palabra alguna; las mismas que ha pronunciado don Mariano en nuestro municipio: ninguna.

Fuera el que fuese el motivo por el cual don Mariano ha aterrizado en nuestro pueblo, lo importante es que haya estado aquí, con nosotros, pues su sola presencia infunde ánimo a la población, así lo hemos visto en las imágenes que han circulado por las redes sociales y medios de comunicación locales. Yo, por motivos laborales, no he podido acercarme a tomar con él un café con miguelitos, le hubiera deseado buena suerte en su asalto al poder, y de paso le hubiera dado las gracias por los derechos que nos ha devuelto ahora que se acercan las elecciones, pero que nos quitó a principio de la legislatura, como al niño que le arrebatas un juguete y luego se lo devuelves con la intención de que te quiera un poquito más. Yo ahora a don Mariano le quiero un poquito más.

Deseando estoy de que llegue el veinte de diciembre para hundir mi sobre electoral en la urna y así regalarle mi voto a aquel que me birló parte de mis derechos, que finalizó la legislatura con más parados de los que la empezó, que incumplió sus promesas electorales, que defraudó a más de uno: Zapatero, mi voto es para ti.