Mi voto, para Vicente

  • Los españoles, en general, no aprecian un beneficio claro en la existencia de nuestra cámara alta; en cambio, los rodenses hemos estado disfrutando durante varias legislaturas de un provecho claro y rotundo: el Senado le ha estado pagando el sueldo a nuestros alcaldes
08 diciembre 2015

Entiendo que los españoles, en general, no tengan muy claro para qué sirve el Senado, es lógico: doscientas sesenta y seis personas apretando un botoncito al dictado del jefe no es un trabajo muy agotador, máxime cuando no tienes libertad alguna de voto; es decir, si lo que estás votando no va con tus ideas, da lo mismo, lo votas, porque te lo dice tu partido.

Si a esto le unimos que el Senado es una cámara de segunda lectura donde se vuelven a ver las leyes ya aprobadas por el Congreso, continuarán ustedes pensando que para qué sirve, si ya les dio su visto bueno el Congreso. Pero esto no es todo porque si los senadores tienen el día tonto, no les gusta la ley y votan en contra, esto no quiere decir que se deseche la ley, no, pues esta vuelve de nuevo al Congreso. Pero lo mejor de todo, y no les voy a contar ningún chiste, es que si el Congreso, perdón pero es que me entra la risa floja…, a ver si puedo continuar…, si el Congreso la vuelve a aprobar, la ley queda sancionada sin necesidad de volver al Senado. Ya pueden empezar a reír o llorar, que las dos cosas consuelan.

En este viaje de ida y vuelta los españoles nos dejamos una pasta por el camino. Algunos proponen su supresión, otros un cambio en su composición, los más el reforzar su carácter de cámara de representación territorial. Yo soy de los pesimistas que piensan que todo va a seguir igual: el Senado seguirá desempeñando su función. ¿Y cuál es esta función?, pues no es otra que la de ser el lugar donde van a parar todos aquellos añejos políticos con los que ya no se sabe qué hacer, para que así no incomoden demasiado: Rita Barberá, Luisa Fernanda Rudi, José Montilla, Carmen Alborch, José Ramón Bauzá, Juan José Lucas, Alicia Sánchez-Camacho, Alberto Fabra, Juan José Imbroda, Juan Manuel Moreno Bonilla…, la mayoría de ellos perdedores en cercanas elecciones y elegidos a dedo por los parlamentos autonómicos correspondientes para facilitarles un suculento entretenimiento. Sí, de risa.

Pero si bien los españoles, en general, no aprecian un beneficio claro en la existencia de nuestra cámara alta; en cambio, nosotros los rodenses hemos estado disfrutando durante varias legislaturas de un provecho claro y rotundo: el Senado le ha estado pagando el sueldo a nuestros alcaldes. A que ya les está empezando a caer mejor nuestro simpático Senado, a que ya no nos parece tan inútil.

Ya que el Senado no va a desaparecer ni a corto ni a medio plazo, ya que nosotros los rodenses le estamos sacando un claro beneficio, ya que si no nos aprovechamos nosotros lo harán otros, olvidémonos de ideologías y votemos en consecuencia en las próximas elecciones al Senado. Mi voto, y no es cachondeo pues lo digo bien en serio, mi voto para Vicente, nuestro alcalde: más vale pájaro en mano que ciento volando, y lo del sueldo lo tenemos asegurado. Además, podemos continuar con la ilusión ilusa de pensar que ya que está en tan alta esfera del poder algo se traerá para nuestro pueblo.

Y esta es mi buena acción del día, pues acabo de solucionarles un quebradero de cabeza a todos los indecisos locales que no saben a quién votar, dejándoles claro cuál ha de ser nuestro voto útil para el Senado o mejor dicho, para nuestro pueblo. Y no os preocupéis que enseguida me pongo con la tarea de decidir qué papeleta agarramos para el Congreso.

A ver, Milagros, la concejala del PSOE en nuestro ayuntamiento, lo tiene imposible al ser la cuarta de la lista por la provincia de Albacete, y no hay ninguno más del pueblo. Bueno, está la antigua concejala del PSOE que ahora va por UPyD, y va de número uno, ¡bien!, pues podríamos votarla. ¿En las listas de qué partido he dicho que va? ¿UPyD? Pero, ¿existe aún? Sería un milagro que saliera. ¿He dicho milagro? Milagros, para ti mi voto y así todo queda en casa.