Triste coincidencia. Con matices. Los dos jugaban en casa, no ganó ninguno que era lo que queríamos. Ambos empataron y se copiaron los guarismos. Sin embargo debemos hacer lecturas distintas. Para La Roda C.F. no es un mal resultado conseguir puntuar frente a un rival llamado, por lo menos a priori, a estar en los puestos de play off de ascenso, sí o sí. Se pone así, además, final a una racha de dos derrotas seguidas y se mantiene al equipo fuera de los puestos de peligro. Se consigue, encima, teniendo que remontar el gol madridista de los primeros minutos.
El partido del Municipal, como esperábamos, despertó la expectación que se deriva del oropel del visitante y, desde luego, de la tremenda llamada mediática del que se sienta en su banquillo –o mejor dicho del que se sentaba, porque a estas horas ya es entrenador del primer equipo del Real Madrid-. Tal fue, que el recinto deportivo rodense registró la mejor entrada, con diferencia desde que empezó la campaña y, seguramente, de lo que resta de ella.
El equipo respondió como debía, igualando primero y remontando después, en una segunda mitad de mucho trasiego de un campo a otro y en la que, nos cuenta Miguel Angel Pardo, Oca resultó definitivo participando decisivamente en la consecución de los goles. Lástima que el tal Mariano, un buen futbolista, nos aguara la fiesta poco después de que acertara Megías.
Ahora se trata de convencer a los chicos para que pongan siempre el mismo empeño, se llame el rival como se llame.
Empate del Alba
A la misma hora, en el Carlos Belmonte, asistimos a un amago de recuperación de un Albacete Balompié que, como el año pasado, terminó por hacerse el harrakiri en otra sorprendente demostración de inconsistencia defensiva. Da igual cómo se llame el rival; da lo mismo si juega Yuri –el máximo realizador de la Ponfe-, si no juega este o aquel, porque el que sea nos hace irnos por la patilla a poco que se lo proponga. Ayer conseguimos cortar la sequía de goles en la portería de enfrente, pero persistimos en los errores defensivos, de manera que la pretendida mejoría se quedó en un atisbo. Y con eso no es suficiente.
Estos futbolistas, sobre todo los que permanecen de la temporada anterior, tienen el crédito de una segunda vuelta de la campaña anterior, que nos permite creer que se puede, pero deben entender, ellos y quien los gobierna, que desde la grada demandamos otra cosa. Básicamente porque la mayoría de los que vamos habitualmente al Carlos Belmonte, lo hacemos con la esperanza de divertirnos un poquito, de pasarlo bien, de no regresar a casa cada domingo la sensación de que lo nuestro no tiene remedio. Dijo no sé quién que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Somos del Alba por un puro sentimiento, no nos castiguen por eso. Lo de ayer no se puede disimular porque jugamos un poquito mejor que la última vez, la empresa no era nada difícil. Que las excusas dejen paso a los resultados, que los partidos no se juegan, se ganan. Y ya va siendo hora.
