Pues nada, qué quieren que les diga. Se saben aquello de la alegría y la casa del pobre, ¿verdad? Pues eso, que hemos vuelto a las andadas y de aquella manera. De todos modos, suelo decirles que cada partido es un mundo, por encima de cualquier resultado y, como es el caso, aunque hablemos de dos derrotas que arrojan el mismo saldo en la cuenta: cero puntos.
El sábado, en el Carlos Belmonte, volvimos a presenciar otro partido flojo, flojísimo, de un Alba que pierde casi tanto como el año pasado y que no juega al fútbol ni la mitad. Al Numancia de Soria le bastó, como a tantos otros, con esperar pertrechados a que el fútbol que debían proponer otros se diluyera en su entramado defensivo, sin nadie capaz de poner el más mínimo sentido al juego y aguardar la oportunidad que iba a llegar tarde o temprano. Tal que así.
Luis César persevera en el error y piensa que los más adecuados para afrontar el compromiso son los que ganaron hace ocho días en La Catedral, sin acordarse, por lo que se ve, que en San Mamés jugamos de pena y vencimos al final, prácticamente sin merecerlo. Y, por supuesto y por ende, se deja a Diego Benito en el banco y se empeña en sacar a Portu de la posición que más ventajas reporta al equipo y al propio futbolista. No hay manera de que rectifique este hombre y ponga remedio a una racha de juego que dista mucho de aquella que, resultados aparte, nos enamoró el año pasado y a principios de este, convencidos como estábamos de aquello tenía remedio. Acomodarse en el convencimiento propio de que esto va a cambiar tarde o temprano sin percatarse de los males que nos aquejan, tiene el peligro de que cuando se quiera rectificar sea demasiado tarde. ¿Y si nos vamos poniendo ya, Don Luis?
La Roda vuelve goleada de Irún
Lo de La Roda C.F. es otro tema. Me daba a mí que la empresa iba a ser difícil. Demasiadas cosas en contra: muchas bajas en defensa, necesidad de recomponer con parches una línea fundamental y la buena racha de un rival que va como un tiro hacia los lugares de privilegio. El partido duró muy poquito, tanto como tardaron los irundarras en meter el primero, o poco más. Luego fueron cayendo los goles inexorablemente, enterrando la débil moral de un equipo que se sabía inferior, no tanto por su capacidad futbolística, sino por la apuntada merma defensiva. El gol de Goñi sólo sirvió, ya saben, para maquillar un resultado indecoroso.
Que La Roda pierda en Irún, frente a ese equipo, entraba dentro de cualquier cálculo y, en absoluto, empaña la temporada que está haciendo este equipo, cuyos futbolistas tienen que estar pendientes, además de meterla en la portería de enfrente, de dar de comer a sus familias, con lo que eso supone como se pueden imaginar fácilmente.
Cuando una club de fútbol, de la categoría que sea, llega a este tipo de situaciones económicas, suele ser por una de estas dos cosas: o se ha despilfarrado el dinero, pagando lo que no se puede, o están fallando los ingresos comprometidos, porque alguna administración o alguna otra institución, ha estado y está más pendiente de otras cosas, digamos elecciones y resultas consecuenciales. Este es el caso.