A ver, se me escucha, se me escucha? Houston, tenemos un problema. ¿Houston, Houston…? ¿Hay alguien ahí?
Estamos agobiados por los problemas, necesitamos que alguien nos eche una mano. En el caso de La Roda C.F., nos aprieta más la cuestión pecuniaria. He de confesar que sentí pena y mucha rabia cuando vi a los chavales sentados sobre la hierba del Salto del Caballo. Llevan muchos meses sin cobrar y estos no tienen una cuenta bancaria repleta de ceros, ni gestionan unos millonarios derechos de imagen. Son los otros futbolistas, los obreros del balón, y les aseguro que, en algunos casos, deportivamente hablando, no tienen que envidiar mucho a los del postín y la gomina. Les faltó una pizca, una miaja, que decimos en La Mancha, para pasar del lado oscuro a ese firmamento de las estrellas rutilantes. Pero son tan dignos como los otros y se merecen el pan que se ganan con su esfuerzo. Hay que terminar con esta situación urgentemente. Este club ha escrito páginas brillantes en el fútbol modesto y no merece recobrar la actualidad por estos motivos.
Las instituciones que deben, tienen que pagar urgentemente. No valen excusas. Somos un club muy modesto y, desgraciadamente, dependemos de ustedes. No nos toquen las pelotas, que ya las tocan, y muy bien a veces, estos chavales que, a poco que se apliquen en tareas defensivas, van a salir holgadamente de cualquier estrechez clasificatoria.
A punto estuvieron el sábado de darle en las narices a un Toledo que nos bailó en el Municipal, pero que esta vez contó con un aliado muy importante en forma de fortuna propia y desgracia ajena. El error defensivo que puso en bandeja el gol a Esnáider y la falta de tino en él área contraria lastraron a un equipo que estuvo por encima de su rival y de su triste situación económica.
Nuestros respetos, chavales.
Otra derrota del Alba
El otro problema tiene mucho menos que ver con el dinero. Este se ciñe al ámbito deportivo básicamente. Lo que le sucede al Alba está rayando ya lo inadmisible. A parte de situaciones clasificatorias cada vez más precarias, lo verdaderamente preocupante es la manera de gestionar cada uno de los partidos. Se puede perder, pero no así.
El Albacete Balompié del año pasado también perdía, pero lo hacía dejando su impronta de buen equipo, relacionándose con el balón, sorprendiendo por su buen fútbol, alimentando una esperanza de cambio a poco que empezaran a salir algunas cosas. A pesar del rosario de derrotas en la primera vuelta, las sensaciones nos hacían presagiar tiempos nuevos que terminaron por llegar en un segundo tramo de la temporada digno de enmarcar. No es el caso de este año, no.
Lo que pasa este año tienen mucho más que ver con el desánimo, la confusión y la obstinación de un patrón incapaz de virar el timón para evitar la deriva y el iceberg, ese que vislumbramos, muy a nuestro pesar, en un horizonte no muy lejano, por mucho que se empeñe Luis César en decir que se otea allá a lo lejos. Cada vez lo tenemos más cerca, patrón.
La Llagostera llevaba nueve partidos seguidos sin ganar, en los últimos cinco no había conseguido ningún gol, afrontaba este sin seis futbolistas, sancionados o lesionados, la mayoría titulares habituales. Da lo mismo, ahí llegamos nosotros para redimirles de cualquier penalidad. Nosotros, tan sobrados. Tan solidarios.
Usted, señor Sampedro, no tiene la culpa de que Samu centre y no la llegue al área, no la tiene de que Miguel Núñez falle un pase a cinco metros, o que Juan Carlos salga a por uvas. Pero sí es el máximo responsable de este equipo sin alma, de la falta de intensidad de sus futbolistas, de los pocos recursos en ataque, de la alarmante fragilidad defensiva, de la moral por los suelos… Es usted el encargado de transmitir los conocimientos y los convencimientos. Es usted el que se empeña en persistir en el error, sin querer darse cuenta de que Jona no está para esto, de que Diego Benito es el catalizador que este equipo necesita, de que ningún equipo –yo no los he visto, desde luego- defiende las faltas en la frontal del área pequeña, de manera que cada vez que nos tiran una, se nos ponen los aquellos por corbata…
Urgen medidas, señor entrenador y usted es el encargado de tomarlas. No me venga con aquello de que todavía quedan muchos puntos que disputar, vaya poniéndose en faena. Es preciso cambiar el rumbo ciento ochenta grados, no podemos seguir haciendo el ridículo por esos campos, ya está bien de ser el bálsamo sanador de todos los males, la terapia curativa de todos los rivales. Ya está bien.
