La gomina del alcalde maño

  • Menuda polémica se ha creado artificialmente con el insignificante gasto de 15,90 euros en brillantina que ha cargado a las arcas municipales el alcalde de Zaragoza, de Podemos
Pedro Santisteve, alcalde de Zaragoza | Foto: Barcelona en Comú
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23 febrero 2016

Menuda polémica se ha creado artificialmente con el insignificante gasto de 15,90 euros en brillantina que ha cargado a las arcas municipales el alcalde de Zaragoza, de Podemos. Aunque creo adivinar que la pelotera no viene por el dispendio en sí, más bien por la envidia cochina de la oposición que rabia de celos al no poder lucir la tremenda melena que el alcalde disfruta a sus cincuenta y siete otoños, y qué mejor que una buena dosis de gomina para que esta brille y se divise desde la lejanía. “Por allí va nuestro alcalde, no veis cómo resplandece en lontananza”, comentan sus súbditos kilómetros antes de tenerlo en su presencia.

Que los de Podemos y sus confluencias son mirados con lupa es algo evidente. Cualquier actuación que realizan en los diversos feudos en los que han tocado poder es escudriñada hasta extraer aquello que se pudiera utilizar en su contra, por mínimo que sea, por absurdo que resulte. Lo vemos casi todos los días: Manuela Carmena, Ada Colau y compañía son escrutadas hasta tal punto que se llega a polemizar sobre si al cruzar la calle miran primero a la derecha o a la izquierda.

Por eso no entiendo la torpeza llevada a cabo por el alcalde de Zaragoza al cargar a las arcas del ayuntamiento la gomina que utiliza para mantener brillante su leonina melena. No lo entiendo. Era evidente que un gasto así, que no parece que forme parte de los dispendios propios de un ayuntamiento, iba a salir a la luz pública una vez que tuviera conocimiento la oposición. ¡Que los tenéis al acecho!, agazapados detrás de los matorrales.

Alega el primer edil zaragozano que tiene un baño en el Ayuntamiento en el que se puede duchar para así salir aseadito a los compromisos propios del jefe del consistorio, y que tiene que contar con champú, gel, colonia, papel higiénico…; parece lógico, a ningún zaragozano le agradaría que su representante fuera por ahí oliendo a tigre. Yo, a partir de ahora, voy a exigirles a los de la piscina municipal, de la que soy aplicado usuario, que pongan a mi disposición todos estos productos de higiene, y mi desodorante favorito, para así ahorrarme el gasto y no tener que ir cargado de tanto trasto.

Que si ha de traerse el papel higiénico de su casa que se lo trae, ha dicho el alcalde, que encima nos ha salido irónico, con la rabia que me da la gente que usa la ironía. Pero en eso le voy a dar la razón, yo siempre llevo encima una cantidad suficiente de papel del wáter, que es como me gusta llamarlo a mí. He tenido muy malas experiencias con la calidad de algunos: el que no raspaba un poquito se rompía en plena función, con las desagradables consecuencias que ello origina.

Por otro lado, que un dispendio de 15,90 euros sea criticado por quienes han provocado en el ayuntamiento maño una deuda de 800 millones de euros produce risa, aunque es algo ya común en nuestra clase política, campeona del mundo en ver la paja en el ojo ajeno y no llegar siquiera a divisar la viga en el propio.

Pero yo le recomiendo al señor alcalde que no vaya por ahí presumiendo de tan hermosa mata de pelo, que hay mucho envidioso alopécico suelto y la vanidad no es buena. Quién le iba a decir que su plateada cabellera iba a ser motivo de tan agria discusión. Alguna ventaja tendría que tener el ser calvo, pues si fuera pelón se hubiese ahorrado la polémica, y la gomina las arcas municipales, y finiquitada la deuda municipal zaragozana; que un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.