Con el arrope de la mayoría de la grada afrontaba el Fundación Globalcaja La Roda el último duelo a muerte de la temporada en Azuqueca de Henares y, como ocurre cuando uno se juega la vida de esta forma, puede perderla. Recuperado el tridente ofensivo con la recuperación del tocado Carter, no fue a éste sin embargo al que se le encasquilló el arma en el día de ayer, sino a nuestro especialista en tiro de precisión. Daryl Mency cayó en duelo no sin antes disparar sin acierto hasta en diez ocasiones al rival. Su sequía anotadora impidió separarnos en el marcador en momentos cruciales del partido ante un Basket Azuqueca que se mantuvo en pie gracias a un juego coral cuya guinda la puso la calidad del americano Drakeford.
Gran partido el disputado por el cuadro rodense que luchó hasta el último segundo por la victoria ante un rival serio y ordenado que, con esta victoria, ha redondeado una gran temporada acabando en cuarta posición. El Fundación Globalcaja La Roda ha terminado la temporada con un equipo que habría acabado en la parte alta de la tabla por calidad y resultados.
Final agridulce para una temporada que nos ha traído muchas alegrías pero con un triste final. El baloncesto rodense ha dado un salto cualitativo este año y no debe verse el descenso como un fracaso. Como todo proyecto en la vida, esto no es más que el inicio de un nuevo ciclo en el que volveremos a tener alegrías y del cual habrá que sacar las conclusiones positivas.
El club ha aprendido a lidiar con la nueva situación y categoría, a tomar decisiones difíciles sobre la marcha, ha ampliado su masa social y, lo más importante, ha creado ilusión entre la gente. Esta temporada nunca se borrará de la mente de los aficionados, que ya esperan con impaciencia el inicio de la siguiente, y ello es gracias a todos los jugadores, técnicos y directivos que lo han hecho posible a lo largo del año, los que estuvieron y los que están.
El equipo ha descendido deportivamente pero ha crecido mentalmente y toca empezar a planificar desde ya la nueva temporada de este ciclo irreversible para devolvernos al lugar que todos sabemos que nos corresponde.
Gracias a todo el club por haber traído a nuestra puerta un pedacito de la magia del baloncesto. Yo, por mi parte, y esa ha sido mi única intención desde estas líneas, he intentado aportar mi grano de arena para dar a conocer cada semana esa magia a todos y cada uno de los amantes de este deporte y a aquellos que han empezado a serlo.
Hasta el año que viene.
